La justicia eclesiástica declaró culpable al cura Ramón Hernán Iturra Muñoz del abuso sexual de dos menores de edad y del abuso sexual de adulto.
El párroco fue denunciado en 2017 por Cristian Alcaíno, quien señaló que cuando tenía 11 años y era acólito de la Parroquia San José de Constitución, fue víctima del religioso.
Los abusos se produjeron, según su relato, entre fines de 1987 y principio de 1988, cuando Alcaíno acompañaba al párroco hasta la casa de su padre.
"Estamos felices, contentos por el resultado que nos dio la Iglesia Católica al haber comprobado que es cierto lo que me ocurrió a mí y no solamente a mi, sino que en dos casos más que fueron comprobados. Con esto nosotros ahora vamos a pasar a tribunales", dijo Alcaíno.
La víctima del caso narró en 2018 a Cooperativa que la carta que contiene la acusación y sus antecedentes fue enviada al Vaticano a través del obispo Charles Scicluna, durante los encuentros que este último sostuvo en Santiago, mandatado por el Vaticano.
"Vida de oración y penitencia"
En la sentencia eclesiástica se le impone como sanción al párroco la suspensión administrativa de todo ejercicio del ministerio sacerdotal.
Además, deberá llevar "una vida de oración y penitencia" para reparar el daño causado a las víctimas, señala el documento, firmado por el obispo de Linares, Tomislav Koljatic, otrora cercano a Fernando Karadima y acusado de encubrir sus crímenes.
(Foto: Carolina Arriagada / Cooperativa)