El ex capellán de La Moneda, Percival Cowley, sostuvo en Cooperativa que el cardenal Francisco Javier Errázuriz "es un ser humano" y tiene derecho a equivocarse, tras conocerse que cerró una investigación en contra de Fernando Karadima sin un interrogatorio.
En conversación con El Diario de Cooperativa por el lanzamiento de su libro "Para renacer hemos nacido. Una búsqueda", Cowley planteó que los sacerdotes cuestionados viven con una mentalidad antigua, con "una teología de manual, de doctrina, de protección intelectual, pero poco animadora, estimulante de la vida concreta de los que tratamos de ser cristianos".
"Lo que ha habido es una defensa muy cerrada, de la doctrina, del derecho canónico, de la institucionalidad y esto último tiene que ver también con el poder", precisó.
Luego que se confirmara que Errázuriz no quiso interrogar a Karadima, Cowley manifestó que "él también estaba haciendo algún tipo de juicio en base a lo que estudió, es decir, de la moral de la época, la moral de manuales, una moral doctrinal".
"Por otro lado, el cardenal Errázuriz es un ser humano, igual que cualquiera de nosotros y por lo tanto tiene el derecho a equivocarse", dijo.
"Tendría la consideración de que era un cura, en algún sentido, carismático, también dice en la carta que no era muy inteligente y tampoco ha progresado demasiado (...) era un cura que estaba produciendo una cantidad de vocaciones religiosas y sacerdotales que la verdad es que están haciendo falta, porque somos cada vez menos y la tarea es cada vez mayor", recalcó.
En relación con el debate sobre la imprescriptibilidad de los abusos sexuales contra menores, Cowley aseveró que "por algo se está discutiendo en el Congreso Nacional el tema del abuso de menores como tal delito, por algo no se discutió antes. Yo creo que es muy importante que se discuta, es señal de un avance muy significativo, es también un elemento de protección de los menores y es valioso".
"Para ser justo, no se puede aplicar esta conciencia que claramente ha progresado a situaciones y realidades de hace 30 años atrás. La mirada hace 30 años atrás era distinta, fundamentalmente provocada por una suerte de predicación o enseñanzas o catequesis de la moral de la misma Iglesia, en el fondo era una moral individualista, lo que importaba era el sujeto que pecaba, pero para nada el daño a terceros o a menores", recalcó.