En su mensaje de Pascua de Resurrección difundido la noche del sábado y titulado "Ha resucitado Cristo, mi esperanza", el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, reconoció que las celebraciones de Semana Santa de este año se vieron empañadas por los últimos escándalos que han involucrado a miembros del sacerdocio.
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| El religioso deseó una "feliz Pascua de Resurrección" a los fieles. (Foto: UPI) |
"La Pascua de este año está marcada por un peculiar contexto de confusión y de dolor, ampliamente conocido y comentado por la opinión pública". Sin embargo, "como la primera comunidad de Corinto, también nosotros, en medio del desconcierto de la prueba, experimentamos el consuelo de Dios", declaró.
En el texto, el religioso comentó la realidad actual que se vive en nuestro país, llamando a asumir la resurrección de Cristo (que es el "buen samaritano" y el "buen pastor") actuando conforme al "amor solidario" que predicaron figuras como San Alberto Hurtado.
"Sin desconocer los avances significativos alcanzados, las cifras que caracterizan la situación socioeconómica nos dicen que dos millones y medio de chilenos siguen sufriendo el flagelo de la pobreza urbana y rural; 700 mil jóvenes ni estudian ni trabajan; en las poblaciones periféricas de nuestras ciudades la droga no deja de ofrecer ilusorios y efímeros caminos de realización; en las cárceles muchos siguen esperando condiciones de vida más humana, mientras que hermanos y hermanas de las etnias originarias siguen anhelando ser reconocidos, con pleno derecho, en la vida nacional", detalló.
El camino a seguir, en este sentido, puede ser similar a aquél se dio "en los días del terremoto", cuando se vieron "tantos gestos sencillos y concretos que procuraron aliviar el hambre, la sed o las necesidades más urgentes de la gente", donde "los jóvenes, de manera especial", dieron ejemplos "admirables".
"Permítanme entrar en sus hogares para decirles: feliz Pascua de Resurrección para todos. Paz y esperanza para todas las familias. Esperanza y gozo para los jóvenes y los niños. Gozo y confianza para quienes están probados por el dolor, para quienes se sienten marginados o abandonados y quienes se encuentran en los hospitales o en sus lechos de enfermos, tras los barrotes de las cárceles, o solos en hogares, sin amor. Paz y bendición para todos quienes han puesto su esperanza en Cristo y participan activamente en su Iglesia. La bendición de Pascua haga brotar la sonrisa en todos nuestros labios", finaliza el mensaje.