Sumergido en la depresión el sacerdote Fernando Karadima, quien ayer cumplió 83 años, "reafirma su inocencia".
Así contó el médico Santiago Soto, quien ayer por la mañana visitó al cura en el convento de las Siervas de Jesús de la Caridad, en Providencia, donde permanece recluido desde enero de 2011, cuando fue notificado de la condena del Vaticano por abusos sexuales.
"Lo vengo a ver cada dos semanas, a veces una vez al mes (...). Está con una gran depresión, tristeza, angustia. Mal", contó al diario La Tercera Soto, quien conoce a Karadima hace tres décadas.
"Él reafirma su inocencia (...) delante del sagrario. Para mí es una cuestión muy mayor. Yo creo que ningún cristiano juraría nada ante el sagrario si fuese falso", comentó el profesional, que al ser consultado por la condena vaticana respondió: "Lo que fue a Roma, vuelve de Roma", sin profundizar, de acuerdo a lo señalado por el diario.
La resolución del Vaticano condenó al cura a una "vida de oración y penitencia" y a la prohibición perpetua del ejercicio público del sacerdocio, en particular la confesión y dirección espiritual. También especifica que "se evite absolutamente la frecuentación con sus ex parroquianos o con miembros de la Unión Sacerdotal o personas que se dirijan a él para dirección espiritual".
Soto afirmó que sus visitas las realiza en calidad de médico.
Para mañana jueves está contemplado que Karadima declare ante el ministro Juan Manuel Muñoz, quien concurrirá hasta el convento ubicado en la avenida Bustamante en el marco de la acción civil presentada en contra del Arzobispado de Santiago por los denunciantes de Karadima James Hamilton,Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo.