El vocero de la Conferencia Episcopal de Chile, Jaime Coiro, destacó en Cooperativa la importancia de las nuevas "líneas guía" presentadas por la Iglesia Católica para afrontar los casos de abusos sexuales a menores de edad.
Coiro explicó que el documento -que rige desde el 16 de julio- surge a raíz de una petición del Vaticano para que todas las conferencias episcopales de los distintos países "uniformen sus normativas", con el fin de "instalar la cultura de la prevención" desde las autoridades eclesiales hasta los laicos, y también garantizar una recepción adecuada de las denuncias.
"Lo que están estableciendo las líneas guía es un plan de formación a través de un sistema en cascada; es decir, 'formador de formadores', desde la máxima autoridad en la diócesis, que es el obispo, hasta cada uno de los voluntarios: catequistas, sacristanes; y también funcionarios remunerados: porteros, agentes pastorales y animadores de comunidades juveniles... En el fondo, busca dar una señal de que éste es un tema de fondo, que no es solamente el tema del abuso sexual, sino que es el tema original del abuso de poder", dijo Coiro al programa GPS.
El portavoz explicó que "las líneas guías dicen en el número 21 que entre las situaciones más repudiables en la vida y el ministerio de un sacerdote se encuentran el autoritarismo, el abuso de poder y el abuso sexual contra menores y jóvenes", cuestión que tiene relevancia para el contexto chileno.
El documento "Cuidado y Esperanza. Líneas Guía de la Conferencia Episcopal de Chile para tratar los casos de abusos sexuales a menores de edad" fue presentado hoy por los obispos Cristián Contreras y Alejandro Goic. (Foto: UNO)
"El caso Karadima nos enseñó con mucha claridad que antes del abuso sexual hay un abuso de poder que tiene que ver no solamente con cargos de influencia, con autoridades mal comprendidas, sino también con dinero, con relaciones impropias, con falta de espacios de participación. Por eso es tan importante que en cada una de las unidades de la Iglesia se pueda ir debatiendo sobre esto y la gente vaya formándose sobre parámetros objetivos", señaló Coiro.
El antes y el después
El diácono se detuvo también en la relevancia que ha tenido para la Iglesia chilena la revelación de los abusos cometidos por el cura Fernando Karadima.
"Sin lugar a dudas el caso Karadima es el que fija el antes y el después" en Chile frente a este tema, puesto que provoca "un daño permanente por una herida todavía abierta y por un escándalo que cruza a toda la Iglesia, transversalmente", reflexionó.
En este caso "varios denunciantes no fueron oídos, fueron desacreditados pública y privadamente".
"No siempre facilitamos en la Iglesia las instancias para que esas denuncias fueran canalizadas, y lo que ahora se está proponiendo es, en lo jurídico, ir acortando los plazos, ofreciendo garantías y, sobre todo, haciéndole ver a la persona que hace una denuncia en la Iglesia que está en su derecho y que, probablemente, sea su deber moral hacer (también) la denuncia en los tribunales estatales", señaló.
La actualización de los protocolos también busca "que las comunidades cristianas puedan dar una respuesta eclesial clara y categórica, la que se espera", frente a los casos de abuso, explicó Coiro. (Foto: UNO)
El documento de las nuevas líneas guía incluye "una mirada pastoral y no solamente jurídica al momento en que la Iglesia acoge a los denunciantes, y probablemente éste es uno de los aprendizajes más significativos para la Iglesia chilena", que apunta a que "las comunidades cristianas puedan dar una respuesta eclesial clara y categórica, la que se espera de nosotros".
Coiro contó además a GPS que fue a ver la película "El Bosque de Karadima", del director Matías Lira, y si bien aún no ha podido ver "El Club", de Pablo Larraín, que se estrena mañana, puede decir que "lo que las películas nos muestran tiene muy dolorosa y vergonzosamente un asidero de realidad que para nosotros es un inmenso desafío".
