Joven denunció "abuso de poder" de ex párroco de El Bosque: Dirigía mi vida entera

El ex feligrés de la parroquia de El Bosque Rafael Zanetta acusó de "abusos de poder" y "manipulación de conciencia" del ex párroco de la Iglesia y fiel seguidor de Fernando Karadima, Juan Esteban Morales.

Juan Esteban Morales es acusado de manipulación de conciencia. (Foto: Archivo UPI)

Zanetta, de 25 años, estuvo 10 años en un "sometimiento espiritual", como denuncia, en la Iglesia enlodada por los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Karadima, quien para cometer esos delitos abusó de la confianza de jóvenes que se acercaban a él pensando que era un santo.

Entre los que se acercaron a Karadima está Juan Esteban Morales quien, a juicio de Zanetta cometió "manipulación de conciencia", hecho por el cual lo demandó esta semana.

Según su relato, en la última década nunca tomó una decisión por sí mismo, sino que todo lo sometía al criterio de Morales, su director espiritual. "Si no le hacía caso, entonces sentía que le estaba desobedeciendo a Dios", comentó a La Segunda.

"Jamás sufrí ningún tipo de abuso sexual", aseguró Zanetta quien agregó: "Lo que me preocupa es que es demasiado sutil el paso entre la dirección espiritual y la manipulación espiritual".

"Dirigía mi vida"

En las reuniones con Morales "yo no tenía filtro. Temas relacionados con la espiritualidad, cuánto rezaba... o quiénes eran mis amigos más cercanos de El Bosque, de la universidad o del colegio, también temas familiares. Hablábamos de todo lo que me preocupaba. Esto era en una salita que hay en el pasillo de entrada de la iglesia o en su pieza".

"Dirigía mi vida entera, todo, no sólo mi desarrollo espiritual. Una vez, por ejemplo, me dijo que una polera que yo usaba no era conveniente. 'Vamos a botar esa polera', me dijo. Si él me lo decía, eso era 'lo que Dios quería'", relató.

Zanetta reconoce que "al final yo no tomaba decisiones libres. Era parte de un ambiente muy poco sano, en el que nos fiscalizábamos entre todos. Si uno no venía a misa un día, era drama, Morales me lo hacía notar. Todo lo que hacía, vacaciones, fiestas, carretes, paseos... todo se lo preguntaba antes a Morales".

"Yo dejé de hacer muchas cosas por dedicar mi tiempo a El Bosque. Hoy soy una persona totalmente diferente a la que era cuando llegué a la parroquia. Morales me decía que no me convenía juntarme con mis amigos del colegio. También me distancié de mi familia".

El ex feligrés de El Bosque relata que los miércoles se dedicaban a escuchar las historias de Fernando Karadima donde se congregaban hasta 25 personas en torno al sacerdote.

"Después del té nos hablaba, nos contaba de su vida... de su cercanía con el padre Hurtado, que al parecer era mentira", recuerda.

Morales, comentó Zanetta, "siempre estaba al lado de Karadima. Siempre. Durante un tiempo, y bajo el argumento de que lo necesitaba cerca por su condición de médico, tras un preinfarto que tuvo, Morales trasladó su cama a la pieza de Karadima. Por eso, entre otras cosas, es que me cuesta creer que él no supiera de los abusos sexuales que cometía".

"La manipulación te deja aislado, te hace dependiente, crea las condiciones perfectas para un posterior abuso sexual. El abuso de poder es el paso previo para lo sexual", reflexiona Zanetta.

El joven confidenció que en una oportunidad conversó con Morales sobre las denuncias en contra de Karadima. El párroco le dijo que "era lógico" que se confundiera con el "miente, miente que algo queda", por lo que le recomendó no ver el capítulo de "Informe Especial" que develó los abusos del sacerdote.

Cuando Karadima tuvo un preinfarto, Morales se mudó a su dormitorio, relató Zanetta. (Foto: Archivo UPI)

Al ser consultado por si Morales es victimario u otra víctima de Karadima, Rafael Zanetta asegura que "ese tema es muy potente".

"Una persona me dijo que lo más probable es que Morales haya sido abusado y que tuviera una percepción distorsionada de la realidad, que sintiera que ayudando a Karadima en sus perversiones él estaba haciendo la voluntad de Dios. Y eso me llega a dar hasta pena. Hoy lo veo como una persona sometida, apagada", aseguró.

Zanetta reconoce que "yo pensaba que el abuso sexual, por tratarse de un ultraje físico, era peor. Pero he aprendido que no, que depende de cómo lo viva la víctima. En mi caso creo que la manipulación de conciencia sí se puede comparar con un abuso sexual. A mí, con todo esto, me rompieron... eso es lo que siento".