El obispo de Osorno, Juan Barros, afirmó que se siente, "en algún grado, una víctima más" por las denuncias en su contra por el supuesto encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Según informó El Mercurio, Barros envió una segunda carta a sus fieles, tras la que envió el 16 de marzo de este 2015, la que fue leída en todas las parroquias de la diócesis desde el sábado hasta el domingo pasado.
En el texto, reitera que "les expreso una vez más con plena convicción mi total rechazo a los hechos que han conducido a la Iglesia a adoptar las fuertes sanciones respecto del sacerdote Fernando Karadima".
"Poniendo por testigo a Dios, reitero que jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca de aquellos repudiables abusos que cometió (Karadima). No he aprobado ni participado en aquellos hechos gravemente deshonestos. En los años en que las víctimas denunciantes acudían a esa parroquia (de El Bosque), yo vivía y trabajaba en otros lugares e iba allí solo en determinadas ocasiones", aseveró.
Barros agregó que "me siento en algún grado una víctima más, pues me he visto injustamente envuelto, faltándose gravemente a la verdad" y que siente "gran dolor por las víctimas de los delitos del mencionado sacerdote".
Respecto a las protestas en su contra en Osorno, el obispo sostuvo en la misiva que "no se puede aceptar ni justificar que se llegue a actos de violencia verbal y física, y menos en momentos tan sagrados como es la celebración de la santa misa; que se interrumpa o utilice por parte de algunas personas incluso el momento de sagrada comunión para increparme (...) todo ello resulta más grave e incomprensible cuando quien actúa así dice ser cristiano y católica".