El religioso comentó en Cooperativa las palabras del papa, quien dijo estar "sufriendo" por Chile.
"Cualquier situación de abuso cometida por un sacerdote es dolorosa", afirmó.
El obispo de Rancagua y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, subrayó este jueves en El Diario de Cooperativa el "dolor" que ha provocado al interior de la Iglesia Católica la denuncia de abuso sexual contra el renunciado obispo de Iquique, Marco Antonio Órdenes, situación a la que aludió el papa Benedicto XVI al declarar que está "sufriendo" por Chile.
"Es comprensible, me parece. Es normal que la máxima autoridad de la Iglesia Católica -que tuvo que aceptar la renuncia a monseñor Marco Antonio- sufra, porque sin duda que cualquier situación de abuso de un sacerdote es dolorosa para la Iglesia y para el papa, y mucho más en el caso de un obispo, que tiene la responsabilidad de la conducción de una diócesis", dijo Goic.
Las palabras del pontífice "expresan también el cariño que el papa siente por este país, porque me consta -cuando he estado con él, dos o tres veces- cómo ama a Chile y cómo recuerda su estancia en Chile antes de ser papa, como cardenal", afirmó el religioso.
En alusión a la crisis provocada por la denuncia contra Órdenes (la primera por abuso contra un obispo en Chile), monseño Goic sostuvo que el día de hoy "la recuperación de la confianza es un desafío para la Iglesia y para toda la sociedad".
"Durante el Te Deum varios obispos en nuestras homilías señalábamos la necesidad de recuperar la confianza tanto al interior de la Iglesia como en la sociedad chilena, y en lo que respecta a la Iglesia, nos asiste la convicción de que sólo en la fidelidad de Jesús y el evangelio seremos capaces de recuperar la confianza", expresó.
"La santidad de vida es esencial para un cristiano, y por eso que sólo volviendo a Cristo –como lo dijimos en nuestra carta pastoral-, siendo una Iglesia humilde y sencilla, cercana a las necesidades de las personas, especialmente de los que más sufren, iremos recuperando la confianza y la certeza de que Dios estará siempre con nosotros en la Iglesia, más allá de la fragilidad humana, que en mayor o menor medida todos llevamos", señaló.
Faltan antecedentes para condenar
El ex presidente de la Conferencia Episcopal también explicó la postura de los obispos ante el caso de Órdenes, respecto de quien no se emitió una declaración de condena.
Según explicó, sobre los hechos denunciados "no tenemos todos los elementos de juicio", ya que si bien el religioso admitió haber cometido "'un acto imprudente' (con el denunciante Rodrigo Pino), yo no sé qué quiere decir ese acto imprudente"; no se conoce el detalle.
Por esto "nosotros no emitimos juicio, sino que lamentamos que un obispo haya hecho algo no debido hacia un joven", indicó.
"A mí me duele profundamente la sola posibilidad de que se haya herido a personas inocentes, y me duele mucho también el sufrimiento que seguramente tiene en su corazón Marco Antonio. Yo a él lo he querido mucho, pues conozco su cercanía, su amor a la gente y su capacidad pastoral", dijo Goic.
"Nadie quiere ver sufrir a un hermano querido, como nadie quiere ver sufrir a un joven, a un acólito. Por eso es muy importante que como comunidad confiemos plenamente en la tarea que la justicia eclesiástica está realizando y que la justicia civil también va a realizar, pero el dolor que sentimos es evidente, tanto por las posibles víctimas como por el hermano que hoy día ha dejado de ejercer su ministerio como obispo en esa querida iglesia" de Iquique, sentenció.
Reparaciones pecuniarias
Consultado por las posibles querellas contra la Iglesia que han anunciado las víctimas de Fernando Karadima en pos de indemnizaciones económicas, Goic señaló que "hasta el presente no ha habido" resoluciones de esa índole, pero si llegaran a producirse la institución "acatará los fallos".
No obstante, "la reparación no se agota en lo económico", indicó.
