La tarde de este lunes fue internado en el Hospital Clínico de la UC el sacerdote jesuita José Aldunate, de 98 años, quien sufrió un infarto cerebrovascular, por lo que fue sometido a una operación que lo mantiene en la Unidad de Cuidados Intermedios del recinto.
Aldunate tuvo un destacado rol como defensor de los derechos humanos en la dictadura, ya que como parte del Movimiento Obrero se hizo cargo el año 1975 de la revista clandestina llamada "No Podemos Callar", donde se escribía de las torturas que se vivían en la época.
Lorena Pizarro, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, recordó que "el padre Aldunate representa a esos curas valientes de la dictadura, que lucharon a la par con nosotros, él fue como el conductor junto a una serie de religiosas y otros sacerdotes".
La dirigenta rememoró que el jesuita formó parte de "un movimiento de resistencia a la tortura, de denunciar la tortura y donde daba terror estar allí y nos parábamos frente a esos centros a gritar que ahí se torturaba, pero él con una valentía a toda prueba".
Ya en los años 80, el religioso formó un grupo de denuncia denominado "Movimiento contra la tortura Sebastián Acevedo".
Parte médico
En el último parte médico entregado por la Red Salud UC confirmaron que el sacerdote, que ingresó al centro asistencial producto de un infarto cerebral, se encuentra "estable, entiende y habla sin dificultad".
Una de las personas que lo cuidan contó que el hecho "fue inesperado porque él almorzó bien y tipo tres de la tarde se supo que ya estaba así y lo llevaron de inmediato a la Católica".
"Estamos todos preocupados y orando por él para que se recupere porque es una persona demasiado, demasiado valiosa".
El sacerdote Fernando Montes contó que Aldunate "tiene una vida cumplida y yo creo que hay que pedir a Dios que se haga su voluntad y que ojalá no quede convertido en una plantita".
"Él ya ha cumplido su misión y nos ha dado un gran ejemplo", acotó.
El provincial jesuita en Chile, Cristián del Campo, afirmó que José Aldunate se ha ido recuperando.
"Está recuperándose bien, pero todavía tiene afectada esa parte izquierda, recuperando el habla y progresivamente recuperando conciencia", aseveró.
Salud de Ana González
El mundo de los derechos humanos también mira con preocupación el estado de salud de Ana González, quien perdió en dictadura a dos de sus hijos, a su nuera embarazada y a Manuel, su compañero de toda la vida.
González, histórica dirigenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, lleva varios días internada en el Hospital San José.
Hace dos días recibió la visita del propio sacerdote Aldunate.
Lorena Pizarro recordó que la "familia de Ana González desaparece en 1976. Yo creo que tiene que ver con que ella representa a esos hombres y mujeres que durante los años de dictadura dieron una lucha tenaz por encontrar primero con vida a sus familias y luego luchar por lo que significa la demanda de verdad o justicia".