La capellana Nelly León, en representación de la pastoral de las cárceles chilenas, acusó que en Chile se "encarcela la pobreza" durante su discurso de bienvenida en el comienzo de la visita que realiza la tarde de este martes el papa Francisco al Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín.
"Bienvenido, querido papa Francisco, padre y amigo de los pobres y de la justicia, gracias por venir a visitar esta hermosa tierra de Chile y por estar aquí junto a las personas más olvidadas de este país", comenzó diciendo León, en la ceremonia que se celebra en el gimnasio del recinto junto a más de 400 reclusas.
"Estas mujeres representan a los casi 50 mil hombres y mujeres pobres y vulnerables privados de libertad, y digo pobres porque lamentablemente en Chile se encarcela la pobreza", manifestó la capellana.
Luego valoró la presencia del pontífice, en quien reconocen "un hombre de bien, de paz y de justicia" y al que le expresaron que "desde esta cárcel, tal como lo celebramos cada domingo en nuestra capilla, testimoniamos (...) que Dios está de nuestra parte, de parte de los pobres y marginados de esta tierra, y por eso su presencia nos viene a confirmar el camino que hacemos desde la cárcel a la libertad, desde el dolor hacia la alegría".
Piden perdón a la sociedad y hacen "sentida" petición al papa
Inmediatamente después fue el turno de Jeannette Zurita, representante de las reclusas, quien en su alocución remarcó que la cárcel es un "lugar muy ingrato" donde ha sido testigo de "grandes dolores, he visto llorar a muchas compañeras al enterarse de que han abusado de sus hijos o que han asesinado a alguno de ellos, y ese dolor es totalmente desgarrador".
"Vivimos con la esperanza en nuestros corazones de que esto (la estadía en la cárcel) es sólo una etapa y que pronto terminará, sabemos que nuestros hijos, a pesar del tiempo, nos esperan con la misma ilusión desde el mismo día en que fuimos separados aun cuando nuestras familias fueron desintegradas por la cárcel y por la sociedad castigadora de nuestro país", resaltó.
En la instancia, también, Zurita pidió perdón –en nombre de todos los reclusos- "a los que hemos herido con nuestro delito, sabemos que Dios nos perdona, pero también pedimos perdón a la sociedad".
Aprovechó la ceremonia, además, para hacer al papa Francisco "una petición muy sentida en representación de todas las (mujeres) privadas de libertad de Chile: que interceda para que el sistema de Justicia modifique las condenas para las mujeres madres de menores de edad y para que podamos pagar nuestra deuda con la sociedad sin descuidar ni abandonar a los niños, evitando así que más tarde sean ellos los condenados", quienes actualmente "están pagando una condena que sin querer les dimos".