El abogado Eduardo Contreras, querellante en causas por violaciones a los derechos humanos, señaló que el caso del ex capellán castrense Luis Exequiel Jorquera, procesado por encubrir los homicidios calificados de 26 opositores al régimen militar, no empaña la labor de la Iglesia en la lucha contra estos crímenes.
El jurista dijo a El Diario De Cooperativa explicó que este es el primer caso en el país donde un "hombre de Iglesia" es sometido a proceso, pero enfatizó que no se debe estigmatizar a la institución por estas "escasas malas golondrinas".
"Yo creo que unos cuantos capellanes de regimiento que recibieron por otra parte también la formación militar, la ideología de la seguridad nacional no puede ser elemento para estigmatizar a la Iglesia. No se podrá sacar de allí la conclusión de que la Iglesia jugó un papel negativo en derechos humanos, porque la verdad histórica no es así", señaló Contreras.
"La Iglesia Católica estuvo, fundamentalmente, en el bando de los que protegieron a los perseguidos de la dictadura militar, y creo que estas escasas malas golondrinas no dan verano", agregó el abogado.
Según explicó el profesional, Jorquera fue procesado por encubrimiento en su figura básica de ocultamiento de la información luego de que la noche del 19 de octubre de 1973, el ex capellán del Regimiento de Calama concurriera al cerro Topater mientras estaba en la ciudad Sergio Arellano Stark, quien encabezó la "Caravana de la Muerte", acompañado por el coronel Sergio Arredondo, Marcelo Morén Brito y los fusileros, donde se produjo la matanza de 26 opositores al régimen, la mayoría acuchillados.
Todo lo anterior fue presenciado por el sacerdote, que según el jurista "supuestamente iba para prestar auxilio espiritual a las víctimas", lo que fue negado durante años por el eclesiástico.
Consultado sobre los privilegios de los procesados por violaciones a los DD.HH. recluidos en el penal Cordillera o en Punta Peuco, Contreras calificó la existencia de estos recintos como un "doble estándar inaceptable del Gobierno" tomando en cuenta el hacinamiento que afecta a la mayoría de las cárceles.
"Son verdaderos hoteles cinco estrellas en que los peores criminales de la historia de Chile gozan de privilegios que no tiene el modesto ladrón de gallinas", criticó el abogado. (Cooperativa.cl)