Un total de de 685 internos murieron, por diversas razones y circunstancias, en las cárceles del país durante los últimos cinco años, según datos de Gendarmería.
La cifra de fallecimientos se desglosa en 316 a causa de alguna enfermedad, mientras que 257 murieron por riñas, 79 por suicidios, nueve por accidentes y 24 por otras razones no especificadas, de acuerdo con lo que publica este domingo El Mercurio.
"La cárcel es el mundo del silencio total. Nadie ve, nadie sabe lo que pasa. Tú puedes hablar con un funcionario, un gendarme, un cura, un preso, y nunca nadie sabe qué pasó. Es la ineficacia total del sistema de justicia", lamenta Luis Roblero, capellán nacional de Gendarmería desde 2013.
En cuanto a las muertes por agresiones en riñas, los números han registrado un aumento no menor. Si en 2013 hubo 37 decesos por esta causa, en 2017 la cifra creció a 48.
El presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes, Joe González, apuntó en el matutino que "la violencia ha subido exponencialmente por medidas al interior que dependen del gobierno de turno, además del hacinamiento".
El tema de los suicidios también preocupa pues la Fundación Paz Ciudadana asegura que la tasa de muertes por esta razón en los centros penitenciarios es tres veces mayor que en el medio libre, principalmente -explican- debido al estrés que genera el encierro, la sensación de inseguridad, el posible abuso de autoridades y pares y la adicción a las drogas y el alcohol.
En cuanto a los fallecimientos por regiones, la Metropolitana encabeza el ranking con 275, seguida de Valparaíso (97) y el Biobío (43).