El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, afirmó este jueves en El Diario de Cooperativa que el impacto sobre el hacinamiento penal de la ley de indulto aprobada ayer por el Congreso no a va ser "tan significativo".
"El impacto no es tan significativo como se piensa, porque salvo 1.066 extranjeros que efectivamente vamos a expulsar, el resto son personas que ya no están en las cárceles, sino que están en libertad y solamente están cumpliendo reclusión nocturna, que van a alojar en los penales de Gendarmería de Chile y sobre ellos hacemos un control muy escaso, muy limitado: (solamente) que no lleguen con hálito alcohólico o estupefacientes, explicó Ribera.
De los extranjeros, "998 son de países limítrofes y los vamos a expulsar a sus respectivos países en un 'extrañamiento especial', como se llama técnicamente, y tendrán prohibición de volver por los próximos 10 años", explicó el secretario de Estado, que afirmó que el proyecto se da junto a otras políticas que van en el sentido de lograr que las personas que están privadas de libertad tengan mayor "dignidad".
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La tragedia de la cárcel de San Miguel impulsó el debate sobre el hacinamiento en las cárceles. (Foto: UPI) |
"Creo que el gran compromiso que tiene la sociedad chilena es utilizar la cárcel para la reinserción y la reeducación y no la cárcel como 'escuela del delito'", indicó.
"Yo creo que es fundamental incentivar la educación y el trabajo al interior de los penales. (Como autoridades) no podemos obligar a la gente a estudiar o trabajar, por instrumentos internacionales que prohíben el trabajo forzado, pero es indudable que quienes estudian o trabajan tienen que tener mejores condiciones que quienes son refractarios, quienes todo lo destruyen, quienes creen que el camino del mal es su forma de vida", concluyó.