Este viernes comenzó el juicio oral en contra de Giuseppe Briganti, acusado del doble homicidio de los jóvenes Ezequiel Borbarán (18 años) y Diego Guzmán (24) durante una marcha estudiantil el 14 de mayo del 2015 en la ciudad de Valparaíso.
Los dos estudiantes de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar fueron baleados por Briganti en el frontis de su propia casa. Ese mismo día fue detenido el responsable, quien -tras ser formalizado- ha permanecido en prisión preventiva en la Cárcel de Valparaíso.
Durante el juicio, que se extenderá por tres semanas y que hoy tuvo su primera audiencia, habrá más de 47 testigos, además de la presentación de las pruebas de peritos policiales respecto de cómo fueron los hechos.
"Ésa es una prueba importante, magistrada, que permitirá acreditar lo que la Fiscalía sostiene: que un impacto de bala mató a ambas víctimas. No es que acá la Fiscalía se centró en una versión y descartó sin justificación otra, se dará cuenta que, por las pericias, más las imágenes, es que sostenemos que los hechos ocurrieron como decimos", dijo en su alegato de apertura la fiscal a cargo del caso, Mónica Arancibia.
¿Bala desviada?
La defensa, por su parte, argumentó que la bala percutada sufrió un desvío en su trayectoria por un cable que cruzaba la Plaza Simón Bolivar, y que fue eso lo que provocó que el impacto fuera en los dos estudiantes.
El defensor Miguel Alfaro comentó que "eso hace que evidentemente no sea posible sostener que mi representado no haya disparado frontalmente o en un ángulo de 90 grados en dirección hacia las víctimas, porque la trayectoria en ese caso claramente habría sido distinta a la del impacto, más arriba y recta".
"La única explicación según la defensa es que la bala haya rebotado, rebotó en lo que se llaman las catenarias de cobre, que estaban atravesando la calle Molina y que fueron retirados recién el 28 de septiembre", recalcó.
Sin embargo, Arancibia indicó que "la defensa no trae prueba pericial para confirmar lo que dice. Revisamos nosotros, sin petición de la defensa, las pruebas para ver cual podría ser la otra versión y ver las marcas que tenía y esa es la prueba que se va a presentar y la que dice que no hubo rebote, que fue un disparo que impactó a las dos víctimas, sin rebote previo".
El Ministerio Público pide 12 años de presidio por cada muerte, además de cuatro años por porte y tenencia de armas de fuego.
Se solicitan otros tres años y 20 U.T.M. por microtráfico de droga y que lo que incautado en dinero -unos cinco millones de pesos- vayan a pagar las costas del juicio.
Familias recordaron a víctimas
En paralelo a la realización del juicio, las familias de los jóvenes recordaron a las víctimas del hecho.
Abner Borbarán, padre de Ezequiel, indicó que "nuestro hijo era un proyecto y no lo vamos a ver nunca más. Este joven va a cumplir su condena, va a seguir su vida y va a pasar al recuerdo, nuestro hijo nunca más va a estar y ese dolor no se borra nunca".
Por su parte, Sergio Guzmán, padre de Diego, recalcó que "no solo mató a mi hijo, sino que destruyó toda una familiar y si hablamos de justicia yo creo que no hay años para que podamos llamarle justicia, porque mi hijo ya no vuelve".
