Joe González, presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes de Chile, afirmó este viernes en Cooperativa que los funcionarios de la institución están sometidos a condiciones laborales "paupérrimas" e "inhumanas".
González visitó los estudios de Cooperativa para profundizar en las razones que motivaron a dos gendarmes a iniciar, el mediodía de ayer, una huelga de hambre líquida.
"Créame que no hay mucha diferencia entre lo que vive el preso y lo que vive el gendarme", señaló el líder de Ansog, que habló de "condiciones paupérrimas, horribles, inhumanas inclusive", al explicar que los funcionarios descansan en "literas, piezas hacinadas, sin muchas condiciones de aseo, de mantención, al igual que los baños".
Los gendarmes más jóvenes "están prácticamente en igualdad de condiciones que la población penal, 10, 15 ó 20 días sin poder salir de las unidades penales" y, lo que es peor, sin ninguna proyección, sostuvo.
"No hay futuro"
"Llevamos años y años tratando de que nos escuchen, que entiendan que el personal de Gendarmería no tiene ningún futuro laboral", porque hay funcionarios que permanecen "hasta 17 años en el mismo grado" y con el mismo sueldo, en una carrera de 30 años con 10 grados.
"No hay proyección de vida, de formar familia. Con lo que gana recién egresado de la Escuela (400 mil pesos), manteniendo esa misma renta por 15 años o más, un gendarme no puede tener vida familiar, es imposible; no le alcanza para pagar un arriendo, para tener una casa", y de esto no se advierte debidamente a los postulantes, acusó.
Pese a esto, "nosotros no estamos pidiendo mejoras salariales, sino que en las condiciones laborales y de carrera funcionaria, proyecciones", insistió el dirigente, acusando una "postergación histórica" en desmedro de sus colegas.
"Amor a la camiseta"
"Nosotros recibimos permanentemente cuestionamientos, pero nunca reconocimientos (...) Sentimos que únicamente servimos para ser los receptores de lo que la sociedad no quiere hacerse cargo, que son las personas que cometen delitos", lamentó González, asegurando que, pese a todo, "el porcentaje de abandono no es muy alto, porque, en definitiva, uno en este trabajo también se va a comprometiendo, lo va queriendo".
"Créame que a pesar de que es muy difícil este trabajo, muy complejo, uno tiene amor por la camiseta", dijo emocionado, conteniendo con dificultad las lágrimas.
"Quisiéramos cambiar esta realidad, pero no está en nuestras manos, está en manos de la autoridad, que tiene que tomar en cuenta lo que estamos viviendo", finalizó.