Gabriela Blas había sido condenada a 12 años de prisión por perder a su hijo mientras acarreaba llamas.
La medida redujo a la mitad su condena y le permitió su anhelada libertad.
Casi cinco años de encierro llegaron a su fin para Gabriela Blas, pastora aymara que había sido condenada a 12 años de prisión luego de extraviar con resultado de muerte a su hijo, en medio de las labores propias del pastoreo de llamas en el altiplano.
El 
Presidente Sebastián Piñera redujo a la mitad su condena según las atribuciones que tiene el jefe de Estado, lo que motivó que la justicia considerara que ya había cumplido más de dos tercios del periodo exigido, además de su buena conducta durante el encierro.
Esto permitió que cerca de las 09:30 horas, Blas abandonara la cárcel, entre la algarabía de sus familiares y amigos.
Sin emitir declaraciones, la pastora se dirigió de inmediato a la tumba de su hijo, ubicada en la comuna de General Lagos, provincia de Parinacota.
