El premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales Agustín Squella afirmó en Cooperativa que destacó "la recuperación en el lenguaje público de la palabra dignidad", al realizar un diagnóstico del cierre del 2019, marcado por la crisis social iniciada el pasado 18 de octubre.
En conversación con Lo Que Queda del Día, el académico de la Universidad de Valparaíso expresó que el país está cerrando el año "en medio una perplejidad que no acaba de disiparse y de preocupación comprensible por las expresiones de violencia extrema que ha tomado esto que se ha dado llamar el estallido social".
Sin embargo, el abogado dijo querer quedarse en esto "con algo positivo, que es la recuperación en el lenguaje público, incluso de los manifestantes, de la palabra dignidad".
"Es una palabra que, creo, no utilizábamos con la frecuencia que debíamos antes de estos acontecimientos. La dignidad humana como el especial valor que damos a cada persona en particular, como ese valor especial que nos reconocemos todos intersubjetivamente, porque parejamente todos participamos de él y porque, de alguna manera, estamos conscientes de que la peor desigualdad imaginable sería la desigualdad en dignidad", planteó.
En su análisis, el académico sostuvo "Chile no cambió ni despertó" y que "lo que ocurrió, a partir del 18 de octubre, fue que Chile se mostró. Se hizo presente de una manera que no veíamos antes o que veíamos muy parcialmente o que veíamos y no queríamos asumir que la había".
"Temerle al proceso constitucional es tenerle miedo a la democracia"
Además, Squella consideró que los chilenos se encuentran con "suficiente madurez" para cambiar la Constitución, un proceso constituyente que tendrá su primer paso con el plebiscito de abril de 2020, donde se preguntará si se quiere o no una nueva Carta Magna.
"Esta sociedad chilena, ya iniciado el siglo XXI, tiene la suficiente madurez para, por primera vez en su historia de más de 200 años, tener una Constitución democrática en su origen y en su contenido", aseveró.
Squella sentenció que "temerle al proceso constitucional, temerle demasiado como ocurre en muchas personas con las que uno se relaciona, en el fondo es tenerle miedo a la democracia".