Cuba rechazó este viernes las acusaciones "maliciosas" de Estados Unidos por su supuesta responsabilidad en la crisis de Venezuela y las protestas populares en países latinoamericanos como Ecuador y Chile, a las que sin embargo manifestó su total apoyo.
"Maliciosamente se acusa a Cuba de ser responsable de lo que sucede en Venezuela y de las recientes manifestaciones populares contra el despiadado neoliberalismo que avanza en la región", declaró el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, en la sesión de apertura en la Habana del Encuentro Antimperialista de Solidaridad.
Rodríguez insistió en que el país caribeño no tiene "otra participación o involucramiento en las protestas en América Latina que la que emana del ejemplo de la Revolución Cubana".
En las últimas semanas se han producido en Chile y Ecuador manifestaciones de descontento popular en rechazo a medidas gubernamentales que encarecen el costo de la vida y reducen los beneficios sociales, movimientos con los que La Habana se solidariza.
La presunta "injerencia" de EE.UU.
Por el contrario, la isla asegura que detrás de las protestas opositoras en sus aliados Nicaragua y Venezuela está la "injerencia" de EE.UU., que considera que estos dos países y Cuba conforman la "troika de la tiranía" y sus Gobiernos deben ser sustituidos.
"EE.UU. necesita culpar a Cuba de sus fracaso rotundo en Venezuela y justificar el endurecimiento del 'bloqueo'", subrayó el canciller cubano, en referencia a la política de reforzamiento del embargo que Washington ha seguido contra La Habana, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Trump, que actualmente busca la reelección en los comicios presidenciales de 2020, ha autorizado recientemente una serie de medidas para asfixiar la frágil economía cubana, ya dañada por la crisis en Venezuela, su principal aliado y valedor en la región.
A las prohibiciones de viajes en embarcaciones y la limitación de vuelos comerciales a ciudades que no sean La Habana, se unen las sanciones a los envíos de crudo venezolano a la isla, que ha tenido que voltearse hacia viejos aliados como Rusia y nuevos socios como Argelia en busca de combustible.