La oposición repudió que el Presidente Sebastián Piñera asegurara que "estamos en guerra contra un enemigo poderoso", al hablar sobre los disturbios e incidentes violentos derivados del estallido social que se extiende por todo el país.
"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite", fueron las polémicas declaraciones del Mandatario.
"En Chile no hay ninguna guerra", respondió el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), asegurando que "es un profundo error usar ese lenguaje. Lo que hay son actos delictuales que no han tenido una respuesta eficaz, y un malestar ciudadano acumulado del cual todos tenemos que hacernos cargo".
Mucho más crítico fue el senador DC por La Araucanía, Francisco Huenchumilla, quien dijo que, "con todo respeto", lo expresado por el Mandatario fue "patético" y sostuvo que él "perdió la calma".
"¡Afirmar que 'estamos en guerra' no ayuda en nada a recobrar la gobernabilidad! Señor Presidente su frase ofende a la democracia", aseveró el senador socialista Alfonso de Urresti.
El presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín, reaccionó afirmando que hay "enorme irresponsabilidad e imprudencia de Sebastián Piñera con sus declaraciones".
"El Presidente no puede seguir alimentando este clima de polarización y enfrentamiento. Es el momento de actuar con liderazgo y firmeza pero con prudencia y humildad", aseguró.
"La última imbecilidad. Su frase solo demuestra q no tiene control de nada. No hay guerra señor Sebastián Piñera. Hay descontento social. Indignación. Compréndalo", escribió el diputado socialista Fidel Espinoza.
"Esto se soluciona políticamente no con tanques ni fusiles"
El diputado Jorge Brito (RD) también cuestionó los dichos del Mandatario, afirmando que esto "no es una guerra Presidente Piñera, esto se soluciona políticamente no con tanques ni fusiles".
Su par Giorgio Jackson (RD) lanzó un hilo en Twitter, expresando que no sabe "si son las palabras para dar tranquilidad a la población ante el miedo e insatisfacción q viven las personas en sus casas".
"Por favor quienes estén en el núcleo cercano del Presdiente, díganle q en sus apariciones diga cosas concretas antes q pasen a ser irrelevantes como los 30 pesos (del alza del Metro). Hoy creo q perdió la oportunidad de anunciar algo concreto en pensiones, sueldo mínimo o altos sueldos en política", agregó.
"Sin duda -dijo Jackson- seguiremos buscando que todo lo que ha pasado no sea en vano y para q las condiciones de vida de las personas cambien. Habrá que cacerolear, articular, denunciar, fiscalizar, proponer, convencer, entre otras cosas. Todo eso hagámoslo, pero cuidándonos y sin dejar de hablarnos".
"Señor Presidente, usted está mal"
"Señor Presidente, usted está mal, no estamos en guerra ni los manifestantes son enemigos", emplazó la diputada socialista Maya Fernández.
Mientras que su par Camila Rojas (Comunes) le recordó a Piñera su frase de que Chile es "un verdadero oasis" dentro de una "América Latina convulsionada" en materia política.
"Primero oasis, ahora guerra. Al presidente Sebastián Piñera no le importan los muertos, ni heridos, se sigue riendo de la mayoría, de su angustia e incertidumbre, tal como lo han hecho todos estos meses sus ministros", aseveró.
El senador PPD Guido Girardi, en tanto, sostuvo que el Presidente "se equivoca".
"¡No es una guerra, es el grito de angustia frente a las desigualdades y abusos! Por supuesto que repudiamos los actos de violencia de quienes queman y saquean, pero ellos actúan debido a la incapacidad del gobierno de resguardar el orden público", escribió.
"¡No estamos en guerra!", insistió el diputado Gabriel Boric (CS), explicando que lo que hay "es un pueblo indignado por años de abusos. No permitamos que el debate se centre en la violencia (¡que por cierto no queremos!). Todos deseamos paz, pero para que ésta sea real se requiere justamente terminar con los abusos por los que se protesta".
La situación en el país prendió por el precio del Metro, pero ha sumado el descontento de parte la sociedad por los bajos sueldos y las tarifas de la electricidad, la gasolina o los medicamentos, entre otras quejas.