La justicia impuso una dura sentencia a una mujer que, en abril del año pasado, sacrificó a una gatita que había adoptado apenas un par de meses atrás, arrojándola con afán asesino hacia dos perros callejeros.
En un fallo unánime, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua dio por acreditado que en horas de la tarde del lunes 17 de abril de 2023, Ricardina del Carmen Ruz Cataldo llegó a bordo de un vehículo Nissan station wagon a la intersección de Los Avellanos con Los Peumos, en la comuna de Machalí, en la Región de O'Higgins.
En el lugar, "activó la señal luminosa de detención momentánea del móvil, abrió la puerta del conductor y lanzó al exterior un ejemplar felino hembra de color negro de su propiedad, que mantenía collar al cuello".
"El animalito corrió hacia atrás, siendo seguido por dos perros del sector, que estaban precisamente en la esquina cuando la imputada se detuvo. La gatita fue alcanzada a pocos metros por los perros, mientras la imputada observaba la escena desde el vehículo", consigna el fallo, de sentida redacción.
"Producto del ataque de los perros, la gatita falleció en el lugar", añade el tribunal, que determinó la existencia del delito de "maltrato animal con resultado de muerte, previsto y sancionado en el inciso final del artículo 291 bis del Código Penal".
VOLUNTAD DE MUERTE
Los jueces Cristián Fredes, Gloria Calvo y María Esperanza Franichevic enfatizaron en su resolución que "la imputada tiró a la calle a la gatita que había adoptado frente a dos perros", y que éstos "de inmediato la siguieron y atacaron a dentelladas, provocándole la muerte en pocos minutos".
"Esta acción implicó materializar todos los presupuestos del tipo penal" invocado -el referido maltrato animal con resultado de muerte- y revela, a juicio del tribunal, "la voluntad de la imputada de conseguir el resultado producido, con dolo directo, conculcando el bien jurídico protegido por la norma penal, como es la salud y bienestar de los animales".
LAS PENAS
Por su actuar inhumano, Ricardina del Carmen Ruz Cataldo fue sentenciada a 541 días de cárcel, aunque con el beneficio de la remisión condicional bajo la observación de Gendarmería durante aquel mismo lapso.
También se le impuso la "inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales", el pago de una multa de 10 Unidades Tributarias Mensuales (657 mil pesos) y el pago de las costas del juicio.