A casi un mes de confirmarse la presencia de marea roja en la zona centro y sur de la Isla Grande de Chiloé, aumenta la preocupación en el mundo de la pesca artesanal, que se ve obligado a subsistir sacando algas u otros productos menores, sin mayores cambios respecto al fenómeno de la floración de algas, y reclamando por el bajo monto del bono dispuesto por el Gobierno para ayudarlos.
"Es complicado, porque está trabajando la gente en la luga cuando está el tiempo bueno, pero tienen cerrados los otros productos, por precaución", comentó a Cooperativa Eladio Hernández, pescador de la localidad de Queilen, que lamentó la persistencia del problema, a días del inicio de marzo.
"Ahora viene la cosa de los colegios; hay algunos papás que no van a alcanzar a comprar sus útiles a los niños, y acá tenemos harta gente de mar, entonces eso es lo complejo: 160 mil pesos no nos alcanzan ni para pagar la luz", reclamó.
Sigue la vigilancia
En otro aspecto del asunto, la seremi de Salud subrogante de Los Lagos, Sofía Torres, reiteró las medidas que se están tomando en materia de prevención y de monitoreo en los diferentes sectores de la Provincia de Chiloé.
La autoridad resaltó que se está "verificando que los locales establecidos cuenten con el análisis de marea roja de todos los mariscos que puedan venderse, y llamando a la población, obviamente, a consumir en lugares establecidos, donde se fiscaliza en forma permanente".
"Estamos muy atentos, tenemos 170 estaciones aproximadamente en la región, con una comunicación permanente con los dirigentes respecto de los resultados que vamos obteniendo", contó.
En la actualidad se mantienen cerradas a la extracción de recursos bentónicos las comunas de Quellón y Queilen y los sectores oceánicos de Ancud, Chonchi y Maullín; esta última ubicada en la Provincia de Llanquihue.
