Los Gobiernos de Chile y China trabajarán para avanzar en el control de la desertificación y en la conservación y rehabilitación ecológica con el fin de combatir el cambio climático, todo esto dentro un convenio entre ambos países.
La puesta en marcha se espera para enero del 2022. El director ejecutivo de Conaf, Rodrigo Munita, explicó que "lo que se busca finalmente es traspasar todos estos conocimientos y técnicas a las comunidades rurales para que enfrenten con mejores herramientas los desafíos que tenemos como país ante el cambio climático".
Este acuerdo surgió durante 2018, luego de que una delegación del país asiático visitara la labor realizada por CONAF en la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal, en la Región de Tarapacá, para controlar en esta área silvestre protegida los avances de la desertificación.
En 2019 se continuaron con las conversaciones para abordar todos los campos que pudiera abarcar el convenio, y tras la gira presidencial en ese mismo año, se estableció un plan de trabajo que se retomó en el 2020 y 2021, tras las complicaciones de la pandemia.
Las gestiones las ha realizado el Ministerio de Agricultura de Chile y en la reunión de la primera semana de diciembre se definió un programa de trabajo con nueve pilares, que son: Promoción forestal, Tecnología, Control de la desertificación, Plagas, Incendios Forestales, Comercio Internacional de Especies Amenazadas incluidas en CITES, Capital humano y Promoción del comercio de celulosa y papel.
El convenio, en definitiva, contemplará acciones como el intercambio de experiencias en el proceso de desarrollo forestal, como también en parques y reservas nacionales para el enriquecimiento de especies nativas, como proceso de adaptación al cambio climático.
