Alrededor de 700 vecinos marchan por el borde costero.
Pescadores piden compensaciones a ENAP por derrame.
Los manifestantes protestan por la contaminación en la zona.
Más de 700 personas participaron en una marcha por el borde costero de la bahía de Quintero a causa de la contaminación histórica en la zona, sumado al derrame de miles de litros de petróleo que se produjo hace casi dos semanas.
Los manifestantes demandan que no haya más empresas contaminantes en la zona, mientras que los pescadores no quieren aceptar contratos ofrecidos por ENAP para que trabajen sacando el crudo del mar y recibir una remuneración por aquello.
Los pescadores no quieren ese acuerdo sino más bien una compensación, ya que acusan que perdieron su fuente de trabajo, pues afirman que ENAP ofrece 40 mil pesos diarios a cada trabajador por sacar los restos de crudo en el mar y en la playa.
"Aquí yo no le voy a vender el alma a ENAP, aquí se está pagando por un trabajo que yo no lo pedí, que ellos fueron culpables. Los pescadores se tienen que levantar de madrugada a limpiar la mugre que botan ellos. ¿Creen que los pescadores están contentos con la plata? Ellos son los culpables del derrame, ellos tienen que pagar, no estamos para recibirle plata a ellos", dijo José Carvajal, presidente de los pescadores de Ventanas.
La marcha, denominada, "No más zonas de sacrificios", fue convocada por el alcalde de Puchuncaví, Hugo Rojas (Ind), quien sostuvo que no se pueden instalar más proyectos contaminantes, como el de expansión de Andina 244 o la termoeléctrica minera de Codelco, con la carretera eléctrica con torres de alta tensión que se busca realizar en la zona.
"No queremos más empresas, tenemos ad portas el tema de la carretera eléctrica, si ya tenemos comprometido el borde costero, ya con estas torres de alta tensión en la zona rural nos estarían hipotecando toda la comuna. Queremos buscar los equilibrios y es por eso que de manera categórica manifestando ahora que no queremos más empresas en Puchuncaví", argumentó el jefe comunal.
La marcha comenzó como una caminata y continuó por toda la bahía de Quintero hasta llegar a la Ruta F-30E, donde cortaron el camino en ambos sentidos por varios minutos, provocando largas filas de camiones y vehículos que transitan por allí.
Los pescadores también denunciaron que el crudo estaba llegando a otras zonas, como en unos roqueríos ubicados en el límite entre Ventanas y Horcón.
