Baltasar Garzón, el ex juez español conocido por haber promovido causas contra las dictaduras chilena y argentina, manifestó este miércoles su "máxima indignación" por la polémica declaración del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en contra de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a principios de septiembre.
"Señora Michelle Bachelet: Si no fuera por el personal de (Augusto) Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre (Alberto Bachelet), hoy Chile sería una Cuba", dijo Bolsonaro tras el duro diagnóstico que realizó la alta comisionada sobre la situación democrática en Brasil.
"Me produce la máxima indignación. Este presidente, investido por el voto popular, va más allá de los propios votos. Estos no dan derecho a descalificar a personas que sufrieron tortura por un régimen dictatorial, como el de (Augusto) Pinochet", dijo Garzón en una entrevista concedida a Efe en un hotel de São Paulo.
"(Bolsonaro) es el ejemplo quizá de la política trasnochada que se quiere reinstaurar. Es como negar los efectos nocivos de un golpe de Estado (...) Ninguna persona en su sano juicio puede defender esto, es como si se defendiera de nuevo el nazismo", sentenció el antiguo titular de la Audiencia Nacional española.
Garzón fue reconocido internacionalmente en 1998 cuando ocupaba el cargo de juez en España y ordenó el arresto del dictador chileno Augusto Pinochet, quien se encontraba en el Reino Unido en viaje privado.
Garzón: "Lava Jato es un proceso lleno de medias verdades"
En la entrevista a Efe, Garzón -inhabilitado por el Tribunal Supremo en 2012 por un periodo de 11 años al haber ordenado escuchas a los abogados y a los detenidos por el caso Gürtel- cuestionó además la manera en la que se investigó la Lava Jato en Brasil, una operación contra la corrupción que ha salpicado también a dirigentes políticos y empresarios de otros países latinoamericanos.
Durante su breve estancia en Brasil, se reunió este jueves al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), encarcelado en Curitiba por corrupción dentro del proceso de la Lava Jato.
"Conocí a Sergio Moro (ex juez y actual ministro de Justicia brasileño que dirigió la operación Lava Jato) en Lisboa en un congreso contra la corrupción. Me dijo que me conocía y que tenía admiración por mí. A mí, como a todo profesional del derecho -yo soy juez y creo que me moriré siéndolo, aunque un tiempo no haya podido ejercer-, pues (Moro) me merecía respeto. El problema es cuando observas cierta segmentación en las investigaciones", planteó el ex magistrado español.
A juicio de Garzón, "las investigaciones (de Moro) incomprensiblemente iban siempre dirigidas en un sentido, entonces comenzabas a sospechar que algo no funcionaba (...) Se comenzó a usar el derecho como arma de ataque político y eso es muy peligroso".
Consultado sobre si esta forma de proceder invalida los resultados de la Lava Jato, el ex juez señaló que la investigación "es muy compleja, todo lo que es Odebrecht y el impacto en Latinoamérica es muy complejo para decir: 'no ha existido'. Claro que ha existido, parece que ha existido, hay indicios de que ha existido. El problema es que cuando el crimen se confronta desde el Estado de Derecho no todo vale (...) Cuando la investigación está llena de trampas, de medias verdades, de actuaciones llamativas y la apariencia de imparcialidad se pierde, hay algo que no funciona".
Y ante la pregunta de qué le dirá a Lula cuando le vea en la cárcel este jueves, Garzón expresó que "le daré un abrazo y le diré que estamos con él desde el principio. Creo que Lula es inocente, y con esto no descalifico a todos mis colegas jueces, pero con Lula se está cometiendo una grave injusticia. Hubo una clara intención política de eliminación en una contienda electoral (Lula fue encarcelado meses antes de las elecciones de octubre de 2018 que venció Bolsonaro).
