Los días de la ex presidenta Michelle Bachelet en Chile podrían estar contados puesto que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le ofreció formalmente el cargo de alto comisionado de Derechos Humanos, posición clave que arrastra una gran exposición pública e implica conversaciones -y posibles enfrentamientos- con los países más poderosos del mundo.
Esto, luego de que el actual ocupante del cargo, el diplomático jordano Zeid Ra'ad Al Hussein, anunciara que no repostularía a la posición de alto comisionado.
Al informar su decisión al secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, éste comenzó la inmediata búsqueda del sucesor para uno de los cargos más importantes de Naciones Unidas y el nombre de Bachelet asoma como uno de los más probables y con mayor consenso dentro de la entidad.
Esto por la propia historia de vida de la ex presidenta como víctima y defensora de los derechos humanos, su calidad de ex Jefa de Estado y su anterior experiencia como directora de ONU Mujeres, publicó este domingo La Tercera.
El primer mensaje se le envío en enero de este año, pero el ofrecimiento formal fue en marzo. Esta oferta habría sido reiterada de manera oficial hace tres semanas por la jefa de gabinete de Guterres, la brasileña María Luiza Ribeiro Viotti, quien se comunicó telefónicamente con la ex Mandataria para plantearle la idea, sostiene el matutino.
Esta nueva labor se trata de uno de los puestos clave de la ONU, que implica promover y proteger los derechos humanos, arrastra una importante exposición pública e requiere reacionarse - y a veces confrontarse- con los principales países del mundo. El cargo fue creado hace 25 años y es considerado como uno de los más complejos.
Compromete, además, una decisión no menor para la ex Jefa de Estado: trasladarse a vivir a Ginebra, Suiza, por cuatro años. Una determinación compleja, en momentos en que Bachelet había definido quedarse en el país, sobre todo porque su madre, Ángela Jeria, el próximo 22 de agosto cumplirá 92 años.
Sin embargo, en las Naciones Unidas requieren una respuesta urgente, porque el próximo alto comisionado debe asumir en septiembre y su elección debe ser aprobada por la Asamblea General de la ONU.