Alexandra Benado relató en Cooperativa los esfuerzos para que reconozcan sus derechos y deberes.
Junto a Alejandra Gallo presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Alejandra y Alexandra tienen mellizos de cuatro años.
"No quiero que a los 15 años mis hijos me reclamen que no hice nada para que me reconozcan como su mamá", dice Alexandra Benado como una forma de explicar la lucha que ha llevado a cabo junto a su pareja, Alejandra Gallo, para ser declarada legalmente como madre de los hijos que ambas decidieron tener hace cuatro años a través de la inseminación artificial.
Esta pareja de mujeres comenzó a buscar en abril de este año el reconocimiento legal para que ambas sean declaradas como madres de los mellizos que concibió Alejandra y a los que han criado juntas desde su nacimiento y al no encontrar acogida en los tribunales chilenos decidieron demandar al Estado chileno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"Empezamos internamente (en Chile). Interpusimos en abril un recurso de protección que no fue declarado admisible. Después interpusimos un recurso de queja y después dos recursos de reposición que tampoco fueron acogidos por los tribunales. Por eso, agotando todas las instancias en Chile, presentamos esto ante la CIDH", explica Alexandra.
"Somos pareja desde hace siete años. Hace cinco años decidimos ser madres. Lo hicimos a través de inseminación artificial. Ella se embarazó, es la madre biológica, y yo soy la madre del corazón", detalla.
"Empezamos a compartir nuestra vida familiar, después empezamos a convivir socialmente con el jardín de los niños, el sistema de salud, la AFP. Siempre fue una inquietud el tema legal por el resguardo de mis deberes y de mis derechos hacia los niños y los derechos de ellos hacia mí, porque como no soy la madre biológica la ley no me ampara porque no hay ningún tipo de filiación con ellos que sea reconocida a pesar de que llevo cuatro años criándolos a la par con la Ale", agrega Benado.
Una odisea que no termina
En el momento en que iniciaron los trámites lo hicieron desde el más básico: "Decidimos apelar al sentido común. Fuimos al Registro Civil a que me inscribieran como la otra mamá y me dijeron que no podían porque soy de sexo femenino. Nos estaban diciendo que los niños no podían tener dos mamás".
"Evidentemente sufrimos una discriminación porque Chile ha ratificado convenios internacionales diciendo que no se puede discriminar por orientación sexual e identidad de género. Entonces recurrimos a la justicia", relata Alexandra.
"No tengo ningún vínculo legal, tengo vínculos emocionales, soy súper madre de los niños. No tengo ningún vínculo legal, no tengo deberes y no tengo derechos. Ellos están vulnerados en sus derechos de identidad, porque han crecido con dos mamás, saben que tienen dos mamás y no se pueden presentar como hijos míos y de la Ale", explicita.
El gran cuestionamiento al sistema por parte de Alexandra es que "en caso de una pareja heterosexual que recurre a la inseminación artificial la ley establece que el hombre, aunque no aporte ningún componente biológico, es reconocido como padre legal. Para nosotras no es explicable que en mi caso, que tampoco aporto componente genético, no puedo ser declarada madre. Es una discriminación, de frentón".
