En diálogo con El Diario de Coopeativa, el titular de Justicia destacó que la nueva norma no obliga a nadie al divorcio ni formenta el libertinaje.
Como una ley que favorece a la familia, al matrimonio y a los hijos definió el ministro de Justicia, Luis Bates, el proyecto de ley que el jueves 11 la Cámara de Diputados aprobó y dejó en condiciones de ser promulgado y convertirse en una norma jurídica plenamente válida en Chile.
"A diferencia de lo que suele decirse, es una ley pro-matrimonio, pro-familia, pro-hijos y lo que hace es resolver situaciones que se venían acumulando por decenas de años en el país, que no tenían salida legal y que llevaba a salidas absolutamente fraudulentas toleradas por la sociedad, no sólo por las partes involucradas en la nulidad matrimonial", indicó Bates.
Agregó que había "una especie de tolerancia al engaño y a la mentira (...) también de abogados, jueces, los órganos del estado. No podían seguir sosteniéndose subterfugio jurídico que era un engaño general y un daño social importante", insistió.
El secretario de Estado se declaró satisfecho porque se ha logrado una ley que consideró "tremendamente equilibrada y que ahora requiere un proceso de estudio, análisis y difusión muy importante para que sea comprendida en toda su magnitud".
Bates rechazó centrar la atención sólo en el divorcio vincular, que se permitirá por primera vez en Chile, y agregó que "el Gobierno ha respetado a todos los credos religiosos. Se escuchó a todas las organizaciones de este tipo y con mucha tolerancia y respeto hacia esas confesiones salió finalmente una ley", aseguró.
Destacó también que "en todos las etapas anteriores al divorcio, que es la parte terminal de una ruptura, se busca recomponer los vínculos matrimoniales. Cuando humanamente no es posible, se dan las salidas legales que no son obligatorias para nadie. En ese sentido es una ley permisiva. Cada uno verá si hace uso de esta ley y finalmente determinarán los tribunales".
Ley no fomenta el libertinaje ni obliga al divorcio
El ministro Luis Bates descartó también que la nueva norma vaya a fomentar el libertinaje de las personas, utilizando el vínculo matrimonial con poca seriedad. "No es la ley la que fomenta el libertinaje. Si se mira la televisión, son otros los factores que influyen. En eso hay que trabajar", señaló.
"La ley contempla los usos o preparaciones para el matrimonio, que algunos la miran muy en menos. Las organizaciones religiosas tienen ahí una enorme posibilidad de hacer valer sus principios y sus valores", resaltó.
El titular de Justicia de declaró incapaz de dar consejos a los matrimonios en crisis. "Las situaciones son siempre muy disímiles. En mi opinión no hay dos casos iguales. Las dificultades de cada caso serán conocidas por los tribunales de familia con sus equipos técnicos interdisciplinarios. Se va ir resolviendo cada caso en particular", dijo.
En tal sentido, afirmó que "una de las grandes virtudes de esta ley es que da salidas distintas según la diversidad de los problemas que se lleven a los tribunales, buscando siempre la recomposición de la vida matrimonial".
