Se estimaba que la segunda etapa del Centro Cultural Gabriela Mistral debutara en el primer semestre del 2018, pero aún habrá que esperar.
"Lleva alrededor del 53 por ciento de avance", confirmó el director ejecutivo Felipe Mella.
La segunda etapa del proyecto del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), una obra prioritaria del segundo Gobierno de Michelle Bachelet, no podrá abrir sus puertas durante el primer semestre de este año, contrario a lo que estaba previsto originalmente, y aún no tiene fecha de inauguración.
La ambiciosa obra fue anunciada por la ex Mandataria en marzo de 2014, compromiso que fue ratificado el 24 de diciembre de 2015, cuando los entonces ministros Alberto Undurraga (Obras Públicas) y Ernesto Ottone (Cultura) encabezaron la ceremonia de colocación de la primera piedra.
La edificación, ubicada en pleno centro de la capital, contempla una inversión de 41 mil millones de pesos desde el Ministerio de Obras Públicas y prácticamente duplicará la superficie actual del complejo, pasando de 22 mil a 37 mil metros cuadrados.
Asimismo, contemplan una sala para espectáculos artísticos de gran magnitud con una capacidad de público para dos mil personas.
Sin embargo, la obra que lleva más de dos años en construcción, cuya ejecución está a cargo de la Dirección de Arquitectura, dependiente del MOP, y con las labores a cargo de la empresa contratista española Ecisa, "lleva alrededor del 53 por ciento de avance", confirmó a Cooperativa el director ejecutivo del GAM, Felipe Mella.
"Estamos en periodo de terminaciones, que es el periodo más lento que tiene una obra. Es un proyecto bastante complejo, porque no se ha construido nunca en Chile un espacio de artes escénicas con las características que tiene este espacio", precisó.
"En un comienzo se pensó que debiera estar terminado a comienzos de este año, pero como toda obra con este grado de complejidad no pudo estar terminado a principios de año", indicó Mella.
En septiembre de 2016, los trabajadores de Ecisa paralizó las obras denunciando que que la empresa contratista los había desvinvulado verbalmente.
