Un complejo escenario se abre para el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). A las dudas planteadas públicamente a través de diversos medios de prensa en las últimas semanas sobre la exactitud de las cifras del IPC se suma ahora una acusación contra su director, Francisco Labbé, de haber deliberadamente manipulado las cifras del Censo 2012.
Según un reportaje de Ciper, Labbé tomó la decisión de presentar los 16 millones 600 mil habitantes "estimados" en el Censo, como población efectivamente censada. Dicha acción se vio motivada por su deseo expreso de presentar "el mejor censo de la historia de Chile", para lo cual debía exhibir una tasa de "omisión" (cantidad de gente a la que no se llegó) no superior al 2 por ciento, pero ello derivó en una "cadena de errores".
El tema generó una discusión en junio de 2012 entre el equipo técnico del INE y Labbé, que quedó zanjada por éste con la marginación del cuerpo técnico del proceso de análisis y decisiones en torno al Censo 2012, informó Ciper.
Según el equipo técnico era necesario reforzar el trabajo para bajar los altos índices de casas ocupadas pero con moradores ausentes, pues el análisis indicaba que iban a quedar a lo menos 600 mil personas sin censar.
Sin embargo, "como el director quería llegar a un 2 por ciento de omisión, y no fue así, hizo calzar los datos. Así de simple", dijo al medio uno de los jefes técnicos del INE .
El equipo también advirtió que el tabulado posterior debía hacerse sobre la "población censada" y no sobre población estimada, pero Labbé desestimó estas opiniones y decidió marginar al equipo técnico del proceso, relata la investigación periodística.
Luego concentró toda la toma de decisiones de la última etapa del Censo 2012 en un grupo de tres asesores personales: Eduardo Carrasco, jefe del Proyecto CENSO; el jefe comunicacional del INE, el ingeniero comercial Sebastián Mathews Capetillo; y Maximiliano Raide Prune.
"Fue ese team el que decidió presentar la cifra de 16 millones 600 mil personas como efectivamente censadas, sin precisar que la cifra correspondía a las 15 millones 800 mil personas realmente empadronadas, a la que se sumaron los habitantes estimados de las más de 600 mil casas ocupadas pero con moradores ausentes", advierte el reportaje de Ciper, que resalta que estas cifras abultadas fueron presentadas posteriormente como oficiales y definitivas.
Cadena de errores
Esta "manipulación" de los datos originó que luego aparecieran en el análisis cifras sin explicación, como que el 45 por ciento de inmigrantes en Chile tiene estudios superiores.
Otro tanto ocurrió con la cantidad de hogares donde el "jefe de hogar" es un hombre y existe servicio doméstico puertas adentro, que subió de 2.228 hogares a 16.206. En el caso de jefas de hogar mujeres con servicio doméstico puertas adentro, el dato inicial era de 20.670 y bajó a 7.637.
El consultor internacional en Demografía Eduardo Arriaga, consultado por Ciper estima que la omisión censal real fue de aproximadamente 4,8 por ciento.
La polémica en torno al IPC
Otro factor de cuestionamiento al INE dice relación con la entrega del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la herramienta con la que se calcula la inflación, la UF, los arriendos, dividendos, variación de sueldos y otros indicadores financieros.
Según Ciper, las dudas sobre la exactitud de los datos del INE se arrastran desde 2011 y persisten pese a que se han aplicaod algunos ajustes metodológicos.
El equipo técnico del INE propuso anunciar un "ajuste de temporada" el pasado 1 de abril y llamar a un comité técnico externo para contar en agosto de 2013 con un nuevo IPC. Sin embargo, Francisco Labbé rechazó tajante la existencia de problemas metodológicos y también se negó a convocar a un comité externo técnico.
En sus últimas declaraciones, en el diario El Mercurio, Labbé afirmó que "sin la caída del IPC que provoca el precio del vestuario, la inflación en 2012 en lugar de 1,5 por ciento, habría sido de 1,9 por ciento", es decir, la diferencia podía ser de hasta cuatro décimas.
El pasado 17 de abril 11 de los 14 jefes técnicos operativos y de infraestructura estadística del INE suscribieron una carta en rechazo al despido de la subdirectora técnica, Marcela Cabezas, con duras críticas a las gestión de Labbé, que calificaron como la "amenaza de un retroceso en el manejo de los temas técnicos".
A su juicio, el trabajo del actual director ha generado "incertidumbre en relación al resto de los productos estadísticos actuales y a los futuros proyectos institucionales, lo que no es sano para la institucionalidad estadística del país".
La publicación de Ciper da cuenta también de "ignorancia de los productos del INE" por parte de Labbé , quien ha dado "acceso a datos sensibles y estratégicos a gente externa con claros vínculos con el mundo empresarial", sus tres asesores directos, a quienes les paga "por trabajos no especificados sumas que están en los más alto del escalafón".