"Si fueran unos gringos, ojos azules, rubios, no hablarían de esta forma", dijo el dirigente Widmer Darcelin.
Desde el Servicio Jesuita a Migrantes lamentaron el racismo de la grabación.
El ingreso de ciudadanos haitianos al país registró un crecimiento del 114 por ciento entre 2016 y 2017.
Tras la polémica derivada de la publicación de un video que mostraba a un grupo de inmigrantes llegando a Chile, la comunidad haitiana en Chile pedirá explicaciones al Aeropuerto de Santiago.
La decisión se deriva de la confirmación de que el avión pertenecía a la aerolínea estadounidense Dynamic International Airways, la que ha realizado cuatro vuelos charter durante 2018 al país y que se encuentra en proceso de acreditación ante la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
Widner Darcelin, presidente de la comunidad haitiana en Chile, planteó que "si fueran unos gringos, ojos azules, rubios, no hablarían de esta forma, no reaccionarían de esta misma forma, quizás correrían a ayudar a esa gente a bajar su maleta".
"Obviamente que no deberían grabar un video, el aeropuerto obviamente va a tener que dar una declaración. No puedo adelantar mucho, pero obviamente vamos a estar hablando de ese tema y ver que es lo que pasa", indicó.
Desde el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) cuestionaron la grabación y acusaron racismo del funcionario del Aeropuerto que realizó la grabación.
El ex director de SJM y actual consultor del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Miguel Yaksic, sostuvo que "uno no puede despachar como racista a cualquier persona que sienta alguna amenaza con la migración, porque Chile tiene una clase media que es grande y que es muy precaria".
"Esas personas, con o sin razón científica, perciben que el migrante les compite en el consultorio, en el jardín infantil, en el asiento de la micro o el Metro, en el trabajo", agregó.
Por su parte, el historiador y decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la Universidad Católica, Patricio Bernedo, comentó que "más que un pensamiento, es como una aversión, un rechazo a lo distinto. Es un temor infundado a distintos cambios que se podrían generar a partir de la llegada de determinados inmigrantes con características específicas".
"Todo eso es infundado, históricamente Chile no es un país de grandes flujos de información, trató de serlo durante el siglo XIX", precisó.
De acuerdo a cifras de la PDI, el ingreso de ciudadanos haitianos al país registró un crecimiento del 114 por ciento entre 2016 y 2017.
Socióloga: "El problema se llama racismo"
María Emilia Tijoux, socióloga, investigadora y académica de la Universidad de Chile, explicó en conversación con Una Nueva Mañana que aquí "el problema se llama racismo".
"Lo que hay acá es un problema mayor frente a un fenómeno social: la migración es un fenómeno social mundial, se da en todos lo rincones del mundo y hacia todos los países en un contexto de crisis políticas y económicas mundiales. Chile está hoy día transformado en un país de inmigración, cuestión que no lo fue hasta los años '90", detalló.
En este contexto, "han llegado (personas) de los países vecinos, primero de Perú, Bolivia, Ecuador, luego Colombia, República Dominicana, Haití y hoy Venezuela, que conforman estos siete países que son tratados o nombrados como 'inmigrantes' frente a otros extranjeros que llegan en condiciones similares y que no son vistas como tales".
"Dentro de estas personas inmigrantes, lo que llama la atención en un país como el nuestro, que está quizás no solo en un rincón del mundo sino también con menos conocimiento de lo que ocurre en el mundo y de cómo es el mundo, (es que) al ver llegar personas de piel negra o personas mulatas, que además son pobres -se agrega la clase social y se vincula con este concepto terrible de 'raza'- se mira de peor modo a quienes tienen un color de piel distinta, y este fenómeno social de la inmigración se asocia con un problema y el problema se llama racismo", cuestionó.
La académica destacó que, derribando la "mitología" del discurso xenófobo, la inmigración "nos hace un país nuevo, moderno, que está a la altura de todo país que se dice -aunque no estoy de acuerdo con el término- 'primer mundo', que está acogiendo a personas donde la situación no es la misma".
