Durante la tarde del viernes 2 de septiembre de 2011 un avión de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) se precipitó al mar en el canal que une las islas Robinson Crusoe y Santa Clara, en el archipiélago Juan Fernández, con 21 personas a bordo, entre las que se encontraban los miembros de un equipo de Televisión Nacional (TVN) encabezado por el famoso animador Felipe Camiroaga.
Según la investigación que realizó el primero de los ministros a cargo del caso, Juan Cristóbal Mera, las causas del accidente fueron la baja altura del avión y los vientos cruzados del sector y se apuntó a los pilotos como los responsables de que volara a baja altura en los segundos previos a la tragedia.
En enero de 2019, la indagatoria se cerró sin procesados tras seis años y tres meses de investigación, pero a 10 años de la catástrofe las familias de víctimas siguen esperando respuestas y justicia.
"Esta es una fecha para nosotros de recogimiento, de reflexión. Usualmente, hoy día no nos comunicamos entre nosotros, sino que cada uno reflexiona lo que nos está pasando. Ahora, lo que nos está pasando no es por lo que nosotros hayamos provocado, sino que el proceso que estamos viviendo es la aceptación final de que Rodrigo ya no estará con nosotros por una afectación que pudo ser perfectamente evitada", señaló este jueves a Cooperativa Jorge Cabezón, hermano del camarógrafo del canal estatal que viajaba en la aeronave.
El avión C-212 Aviocar, piloteado por los tenientes Carolina Fernández y Juan Pablo Mallea, despegó a las 14:00 hora local (17:00 UTC) en Santiago con destino al aeródromo de la Isla Robinson Crusoe y perdió el contacto a las 16:53 (19:53 UTC).
El siniestro -en ese entonces, la peor tragedia aérea en Chile desde 1982-, tuvo en vilo a todo el país, que estuvo pendiente durante días de la búsqueda de los 21 pasajeros perdidos que en la noche del 3 de septiembre, tras hallar los primeros restos humanos en el mar, las autoridades dieron por fallecidos.
Entre los pasajeros se encontraban los cuatro tripulantes designados de la nave (Fernández, Mallea, Eduardo Jones y Erwin Núñez), otros cuatro funcionarios de la FACh (José Cifuentes, Eduardo Estrada, Flavio Olivo y Rodrigo Fernández) y 13 civiles, de los cuales seis eran integrantes de la ONG Desafío Levantemos Chile (Felipe Cubillos, Joaquín Arnolds, Joel Lizama, Jorge Palma, Sebastián Correa y Catalina Vela); cinco de TVN (Camiroaga, Roberto Bruce, Sylvia Slier, Carolina Gatica y Rodrigo Cabezón); dos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Galia Díaz y Romina Irarrázabal).
A una década de la tragedia, aún no han podido ser hallados los cuerpos de Cabezón, Estrada, Oliva y Cifuentes.
Tras el accidente, los familiares han atribuido a la FACh una serie de negligencias que, explican, conllevaron a la caída del avión. Entre ellos, la falta de protocolos para realizar vuelos a la zona, la alta cantidad de peso que portaba la máquina -comentan que excedía el límite permitido- y la falta de combustible que no permitía la autonomía suficiente.
En ese sentido, los demandantes han exigido indemnizaciones al Estado, donde se incluye el lucro cesante, que corresponde a los ingresos que dejaron de percibir por el fallecimiento de sus familiares y, además, por daño moral.
En julio pasado, la Corte de Apelaciones de Valparaíso revocó una resolución que rechazó las indemnizaciones por lucro cesante y daño moral deducidas por familiares de los fallecidos en el accidente. Con este fallo, cada uno de los parientes directos de las víctimas que interpusieron acción legal recibirá 15 millones de pesos.
"LO QUE HIZO CUBILLOS NO LO HA HECHO NINGÚN GOBIERNO"
A causa del tsunami que el 27 de febrero de 2010 arrasó con gran parte del equipamiento -incluyendo el único colegio- de la isla Robinson Crusoe, el Desafío Levantemos Chile tomó parte en la recuperación y consiguió la donación de una escuela modular, la que en abril de ese año se embarcó hacia el poblado, para ser instalada poco después en un terreno no inundable, administrado por la Conaf.
El 2 de septiembre de 2011, seis de sus integrantes, entre ellos su fundador, el empresario Felipe Cubillos, viajaron a la isla a inaugurar las iniciativas a bordo del Casa 212.
Felipe Cubillos, fundador de la ONG Desafío Levantemos Chile.
"Todos los años se hace una conmemoración, se hace una misa, en recuerdo de ellos, en agradecimiento a Felipe Cubillos y toda la gente que iba en el avión del Desafío Levantemos Chile, porque gracias a ellos pudimos tener una escuelita modular con containers", comentó a Cooperativa Victoria Bertullo, representante de Juan Fernández en el comité asesor del Servicio Local de Educación Pública, que administra el colegio desde en enero de este año.
La escuela tenía vigencia para dos años, pero desde entonces se han invertido millones de pesos en reparaciones para que la infraestructura modular de emergencia pueda sostener la actividad escolar. Una generación completa de niños ha estado esperando un colegio definitivo.
"Lo que hizo Cubillos no lo ha hecho ningún Gobierno hasta el día de hoy. Ni siquiera nos han ayudado a hacer una reconstrucción de colegio decente para que los niños en la comuna de Juan Fernández tengan una educación digna en un establecimiento digno", recalcó Bertullo.
EL AERÓDROMO DE JUAN FERNÁNDEZ, UNA DEUDA PENDIENTE
El alcalde de Juan Fernández, Pablo Manríquez (independiente), dijo este jueves a Cooperativa que, a 10 años de la tragedia aérea, "necesitamos que exista un aeródromo con las condiciones necesarias".
"El aeródromo de Punta Isla hoy en día, después del accidente, ya tiene funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) permanentes en el lugar. Eso ha sido un avance sustancial en el proceso después del accidente, pero no hemos tenido el trabajo pertinente de un aeródromo completo, que necesitamos para nuestra comuna", lamentó la autoridad comunal.
"Solamente hemos tenido grandes inversiones, pero referentes a la mantención de la pista o a tratar de recuperar parte de la pista que, en 2013 o 2014, se vio afectada en uno de sus cabezales", señaló Manríquez.
"Necesitamos que exista un aeródromo con las condiciones necesarias", dice el alcalde de Juan Fernández.
LA HUELLA DE CAMIROAGA EN VILLA ALEGRE
Desde el 16 de noviembre de 2011, las cenizas de Felipe Camiroaga permanecen en el Memorial de Hijos Ilustres del Cementerio Parroquial de Villa Alegre, una comuna rural ubicada en la Región del Maule que lo venera como a uno de sus más grandes próceres.
Gracias a una donación de la familia, imágenes de la infancia, intimidad y vida profesional del presentador adornan las paredes de la flamante sala que lleva su nombre en el Museo Histórico de la localidad maulina, en la que también hay objetos como un Copihue de Oro, réplicas de la cesta en que fueron puestas sus cenizas y de la placa que designa al "Estudio Felipe Camiroaga" de TVN, además de trajes que usó en el Festival de Viña del Mar en los años 2009 y 2010 y cuando encarnó al entrañable personaje "Luciano Bello", entre otros.
La sala "Felipe Camiroaga" en el Museo Histórico de Villa Alegre.
El historiador Jaime González, quien fue gestor de la iniciativa junto a la familia de Camiroaga, relató a Cooperativa que para Villa Alegre el animador "significa algo así como un buen genio o un buen espíritu, porque todos los comerciantes tienen en sus tiendas una fotografía de este hijo ilustre".
"Esto ha significado que se le tenga como un 'buen patrono', con placas de agradecimiento por sanaciones que él ha hecho a gente que la ha hecho mandas", contó González.