El 27 de marzo de este año, el exseminarista jesuita Luis García-Huidobro fue detenido por su presunta vinculación con un atentado incendiario registrado en octubre de 2021 en la comuna de Carahue, en Región de La Araucanía; reinvicado en su momento por la organización Weichán Auka Mapu (WAM).
Formalizado el día siguiente como autor de los delitos de atentado incendiario y robo con intimidación, el imputado -que era conocido públicamente desde hace varios años por su rol de activista en la causa mapuche-, quedó sometido a la medida cautelar de prisión preventiva, aunque alegó inocencia.
El jueves de la semana pasada, 12 de diciembre, la Fiscalía de Alta Complejidad de La Araucanía comunicó ante el Juzgado de Garantía de Carahue su decisión de no perseverar en la causa, por no haber logrado reunir los antecedentes necesarios para fundar su acusación.
Según se indicó, una víctima del ataque, que iba a declarar como testigo en el eventual juicio oral, se arrepintió de hacerlo.
"Vejaciones" diarias
"Desde el día 28 de marzo de este año, en que fui formalizado, hasta el 10 de octubre, estuve en prisión preventiva en la Cárcel de Alta Seguridad en Valdivia, quedando (...) totalmente aislado de mi esposa e hijos pequeños", se quejó Luis García-Huidobro en una carta publicada este miércoles por El Mercurio.
"Mi familia, para verme por el lapso de una hora y 15 minutos, aproximadamente, debía estar tres días y dos noches fuera de casa viajando, por la dificultad de los traslados rurales", relató el exreligioso, que antes de ser detenido trabajaba como profesor en Tirúa (Provincia de Arauco, Región del Biobío).
Explicó que en sendas audiencias realizadas durante mayo se le negó el traslado a un penal más cercano a su domicilio -"arguyendo mi peligrosidad"-, y que el contacto a través de videollamadas sólo se le permitió desde agosto.
"El día 12 de diciembre, tras seis meses y medio en prisión preventiva, y dos meses en arresto domiciliario total, quedé sin medida cautelar alguna, por la decisión de la fiscalía de no perseverar en su acusación. Un imputado en una Cárcel de Alta Seguridad sufre todo tipo de vejaciones diariamente, que sería largo intentar detallar aquí, y mi caso no fue la excepción", cerró.