Reportes de inteligencia de Carabineros alertaron sobre eventuales ataques y atentados a uniformados y cuarteles policiales durante los primeros días de 2014, en La Araucanía y Santiago a raíz de la conmemoración de la muerte del comunero mapuche Matías Catrileo, ocurrida el 3 de enero de 2008.
A raíz de esta situación, la institución policial ordenó aumentar los niveles de seguridad en cuarteles y comisarías, considerando además un episodio ocurrido en la madrugada de Año Nuevo en la comuna de Ñuñoa, cuando desconocidos instalaron un artefacto explosivo de alto poder en los patios interiores de la Prefectura Metropolitana Oriente.
En la oportunidad, sujetos saltaron los muros por avenida Irarrázaval para instalar la bomba, la cual incluso contenía clavos a modo de esquirlas y que fue detectado por el propio prefecto policial.
"Un artefacto explosivo que contiene material altamente dañino, llámase TNT y pólvora negra. Las personas que lo fabricaron, también instalaron clavos a modo de esquirlas y algunos recipientes de gas butano. El volumen de explosivo que hay dentro de este artefacto da cuenta que serían dos kilos de pólvora negra", dijo el general Ricardo Solar.
"Si o sí debiera haber causado bastante daño y ante la proximidad de una persona habría sido totalmente letal", añadió el general.