Josmarghy Castillo, viuda del exteniente venezolano Ronald Ojeda, declarado opositor al Gobierno de Nicolás Maduro y que fue secuestrado y asesinado en febrero en la Región Metropolitana, sostuvo que "el gran problema es que para Chile es muy difícil aceptar que ya no es un país seguro para los refugiados".
En entrevista con El País, la mujer optó por no ahondar en el fallido proceso de reasentamiento del núcleo familiar -ella, su hijo, cuñada y sobrinos- en Argentina, luego de que el lunes la ministra de la Secretaría General de Gobierno (Segegob), Camila Vallejo, confirmara que estaban de regreso en Chile.
Los Ojeda Castillo pretendían avencidarse en el país vecino luego de que el Gobierno de Javier Milei les brindara refugio político, pero al llegar a suelo argentino debieron volver a territorio nacional.
Vallejo dijo que las razones de la Casa Rosada para no concretar el reasentamiento "las tendrán que dar ellos" y respecto a qué parte de la solicitud no fue acogida es algo que corresponde a la familia del exmilitar venezolano.
Castillo relató a El País que tras el crimen de su esposo su vida "se convirtió en una tortura de día y de noche. A veces no puedo dormir, porque me desespero ante cualquier ruido o llamada en la noche. No sólo estoy afectada yo, sino toda la familia (...) Ronald era mi pilar. Mi mundo ha estado paralizado durante estos meses".
Recordó que al estar unos meses en Perú y no sentirse seguros en ese país, decidieron trasladarse a Chile, donde cambiaron de residencia en varias ocasiones: "Nunca nos sentimos tranquilos. Yo le enviaba un mensaje a Ronald antes de llegar a casa, para que calculara el tiempo en que llegaría, porque si tocaba a la puerta y él no sabía quién era, comenzaba a ponerse nervioso. Nunca recibíamos visitas, nadie sabía dónde vivíamos, nos mudábamos mucho", narró.
Por su parte, la hermana de Ojeda, Mayra, si bien destacó el trabajo que está realizando la Fiscalía dijo que "como familia sentimos una vulneración de nuestros derechos relacionados con la información oportuna sobre el caso".
"Entendemos que se trata de una investigación privada, pero queremos que se comprenda nuestro derecho a recibir informaciones y novedades", señaló.
La joven señaló que "no nos sentimos seguras. No es un secreto los monstruosos crímenes del Tren de Aragua. No sentimos que tenemos las medidas de protección adecuadas. Cuando llegamos a Chile solicitamos refugio porque buscábamos seguridad, protección, considerábamos que era un país donde estaríamos seguras".