La Policía de Investigaciones descartó que hubiera cuerpos en el interior del sofisticado túnel descubierto en la víspera y que se dirigía hacia la empresa de valores Loomis, en la comuna de San Bernado.
La existencia de la construcción, de ocho metros de profundidad y 170 metros de longitud, había sido revelada mediante una llamada anónima que precisamente denunciaba la supuesta presencia de dos cadáveres de personas que habrían muerto aplastadas por un derrumbe.
Con ese antecedentes, "se llamó a personal experto de la PDI en este tipo de materia, que hizo su trabajo al interior del túnel, y se descartó plenamente", puntualizó el subprefecto Juan Luis Fonseca, jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana.
Los trabajos los desarrollaron detectives junto al Cuerpo de Bombeos de Ñuñoa.
Sobre el conducto, planteó que fue construido por "un grupo organizado, que estuvo trabajando por bastante tiempo acá en el lugar".
El subprefecto precisó que, descartada la presencia de cadáveres, las diligencias seguirán a cargo de la Brigada Investigadora de Robos, "para poder establecer el objetivo final que tenían en este lugar" quienes edificaron el túnel.
El comandante de Bomberos José Maldonado explicó que "esto para que la gente se forme una idea es la altura de un edificio al tercer piso, eso es lo que baja este túnel en la vertical, y ahí tiene una horizontal de aproximadamente de 140 metros, que es aproximadamente una cuadra y media. Tenía refuerzos estructurales, tenía sistema de aireación e iluminación. Falta de estabilización puede haber sido (el derrumbe), porque hasta ese punto había estabilización y de ahí hacia adelante no hay".
Entre las distintas aristas de la investigación, la policía busca determinar quién es el propietario del terreno donde empieza el corredor subterráneo, y la procedencia de la llamada telefónica, que según la información preliminar fue hecha desde un móvil prepago.