"Creo sinceramente que nuestros alumnos se equivocaron", dijo Alejandro Jara.
Más allá de la "investigación interna", en paralelo "seguirá la situación judicial", indicó.
El hallazgo fue "fortuito", no había sospechas de nada extraño, indicó el director.
Alejandro Jara Castro, director del Liceo Andrés Bello de la comuna de San Miguel, admitió que "no puede ser gente de afuera" la que haya introducido al recinto las 50 bombas molotov que fueron descubiertas durante la pasada jornada.
"Estas 50 bombas molotov aparecieron en la sala del Centro de Alumnos" y "la verdad de las cosas es que no puede ser gente de afuera, porque al establecimiento no entra nadie más que nuestros alumnos y los funcionarios (...) Por lo tanto, esto es interno", dijo Jara esta mañana en un punto de prensa.
El docente precisó que "esto no corresponde a todos los alumnos, sino que debe ser un grupo de personas" y, específicamente, estudiantes, porque "los funcionarios nuestros no van a ser... menos mis colegas profesores".
"Yo creo sinceramente que nuestros alumnos se equivocaron, pero esto no tiene por qué empañar a la institución educativa, que tiene prestigio y excelencia académica. Son situaciones que ocurren nada más", dijo Jara, que anunció la realización de "un proceso de investigación interna", sin perjuicio de que, en paralelo, "seguirá la situación de carácter judicial".
"Estos cabros son menores de edad, de 17 años, que tienen algún grado de imputabilidad, y hay un procedimiento que la Fiscalía determinará", señaló el director.
En la interna, si bien las sanciones pueden incluir la pérdida de matrícula, "nosotros somos educadores por esencia y creemos que los alumnos se pueden equivocar en algún momento de su vida y lo primero que hay que hacer, antes de sancionar, es educar".
Hallazgo fortuito
Alejandro Jara explicó que el descubrimiento de los artefactos incendiarios "fue una cosa inédita" y respondió a "una situación fortuita"; no había ningún tipo de sospechas.
"Nosotros todos los días recorremos el establecimiento antes de retirarnos, como a las seis de la tarde, y dando la vuelta encontramos olor a bencina (...) Al abrir la sala del Centro de Alumnos nos encontramos con estas bombas preparadas y otras por preparar".
El Centro de Alumnos está compuesto por cinco a seis personas y "vamos a conversar, porque esa sala está a cargo de ellos. Una llave la tienen ellos y otra llave la tengo yo en mi calidad de director".
