Los detectives de Interpol Chile detuvieron a un chileno, en la ciudad de Santiago, en el marco de un proceso de extradición pasiva solicitado por la justicia de Rumania por el delito de tráfico de drogas.
El hecho se remonta a octubre de 2006, cuando el sujeto, de 54 años, se disponía a salir desde Perú hacia Holanda, siendo sorprendido con dos kilos de clorhidrato de cocaína en palos de golf y muletas.
El sujeto fue condenado a dos años de cárcel y posteriormente expulsado hacia Chile. En ese intertanto, la Interpol de Bucarest publicó una notificación roja para su captura.
En Europa, el imputado pertenecía a una organización criminal liderada por un rumano que se dedicaba al tráfico ilícito de drogas, siendo transportadas específicamente hacia Bucarest.
"Se logró establecer que el imputado era un delincuente internacional que se dedicaba al robo fuera de Chile, y que cambió su delito base por el tráfico ilícito de estupefacientes", informó el comisario Ricardo Micaly.
El imputado fue puesto a disposición del tribunal correspondiente, y quedó a la espera de la decisión de la Corte Suprema para realizar su extradición.