El hombre, de 31 años, presenta tendencias narcisistas y sicopáticas: dice tener cualidades "místicas".
Buscaba a personas con menor nivel cognitivo para lograr su admiración, según un perfil de Carabineros.
La familia de Navarro culpa a la precariedad en la que vivieron por su forma de ser.
A casi una semana de la desaparición de Emmelyn Canales, niña de 11 años presuntamente secuestrada desde Licantén, se conocen mayores detalles sobre la figura de José Navarro, de 31 años, sindicado como el responsable.
De acuerdo con La Tercera, Navarro -quien es apodado "El brujo"- posee una serie de características sicopáticas que lo hacían destacar al interior de la comunidad, donde también era sabido que había cumplido una condena por abuso sexual.
Según el perfil sicológico elaborado por personal de Carabineros, el hombre "presenta habilidades intelectuales que le permiten desenvolverse con facilidad. Sin embargo, en el aspecto emocional, evidencia características narcisistas, refiere cualidades místicas, logrando persuadir a otros".
En el informe se agrega que Navarro "dice tener habilidades físicas superiores", junto con no reconocer "su culpabilidad ni el daño causado, denotando incapacidad para comprender las emociones en otros, siendo su única prioridad satisfacer sus propias necesidades, sin importar el costo que tenga conseguir lo anhelado".
"Delincuente peligroso, con visiones mesiánicas"
De acuerdo a pruebas realizadas durante su estadía en la cárcel, Navarro tiene un C.I. de 90, equivalente a una persona normal. Debido a esto, buscaba personas con un nivel cognitivo inferior para invitarlas a rituales y así lograr la admiración que buscaba.
"Él les dice que tiene fuerzas magníficas, que es muy inteligente, que tiene poderes, que puede conseguir cualquier cosa; entonces, las personas con su precariedad intelectual lo ven a él como un ser superior y le creen", indican.
"Podemos decir que es un delincuente peligroso desde el punto de vista de los ataques sexuales a menores, tiene visiones mesiánicas y dice contar con poderes especiales (...) Tiene un minotauro tatuado en el pecho, un pentagrama en la espalda", indicó al diario el mayor Diego Rojas, de la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros.
"Hombre-niño"
La familia de Navarro ha prestado una total colaboración a la investigación y permitió el ingreso del personal policial a su vivienda para que fuera registrada.
"Nuestra historia familiar en general ha sido difícil... En José hay temas que nunca se trataron. Nosotros hemos vivido la pobreza extrema, al punto de no tener qué comer o con qué vestirnos. Venimos de la nada, pero José tiene un alma generosa, capaz de hacer grandes favores a sus vecinos o familiares sin cobrar un peso, él es muy inteligente", dijo su hermana Olga.
"Lee mucho, se sabe la Biblia al revés y al derecho. Le gusta escuchar a la gente, siempre tenía tiempo para todos y un consejo para cada uno, el problema es que a veces dice cosas de más, porque es un poco arrebatado con sus palabras, pero no es agresivo", añadió.
"Yo siempre vi a José como un hombre-niño, porque nunca maduró, y en eso tiene mucha culpa la sociedad que nunca nos ayudó, siempre nos discriminó, nos privó de cosas básicas", recalcó.
Por su parte, su primo Patricio agregó que "él siempre jugaba con los niños del sector o estaba en fiestas con muchos niños y nunca hizo nada. A él le gustaba jugar con sus sobrinos como un niño más, porque él es muy inocente y transparente".
