Desmanes se produjeron tras la marcha estudiantil por la calzada norte de la Alameda.
El crucifijo fue dejado en la Alameda para ser incendiado, lo que fue evitado por Carabineros.
Un grupo de encapuchados saqueó la Iglesia de la Gratitud Nacional la tarde de este jueves, tras la marcha estudiantil que se realizó por la Alameda desde el sector del cerro Santa Lucía hasta la intersección con Echaurren.
En la oportunidad, los sujetos sustrajeron incluso el crucifijo del templo, el que fue dejado en la calzada sur de la Alameda para ser incendiado, lo que fue evitado por el accionar de Carabineros.
Alejandro Vidal, inspector general del Colegio Salesianos Alameda, contiguo a la iglesia, expresó que el ataque "es lamentable, porque hay una situación de expresión ciudadana, pero otra expresión es atacar sin ningún sentido el templo, que además es un signo acá en Santiago".
Los encapuchados también sustrajeron maletas con ropa que servía como ayuda para personas necesitadas.
Director responsabilizó a quienes "autorizan las manifestaciones"
El padre Galvarino Jofré, director del Colegio Salesianos Alameda, detalló que "es muy complejo poder recuperar esa imagen, porque fue destruida completamente. Lo que quedó, los restos están en el velatorio. (La Iglesia) estaba con vallas papales, pero eso no es ningún resguardo".
Sobre los responsables, Jofré enfatizó que "son los que autorizan las manifestaciones con marchas que terminan permanentemente en este mismo sector, sabiendo que aquí hay un colegio que hasta ahora está funcionando de manera normal y que está la iglesia parroquial".
"A menudo se está pidiendo resguardo por las manifestaciones, pero la respuesta es siempre más o menos la misma: 'es lo que se puede hacer'", añadió el religioso.
"Uno no puede más que repudiar acciones de este tipo, porque cuando nosotros hablamos de una educación de calidad, porque ese era el objetivo de la manifestación, una educación que respete a las personas y que respete el derecho de las personas para poder tener una educación digna, esta es una consecuencia que nadie espera", sostuvo Jofré.
Para futuras manifestaciones, el sacerdote manifestó que "nosotros esperamos que haya mayor resguardo y, en segundo lugar, ojalá que no tenga el mismo punto de llegada, porque de lo contrario vamos a seguir sufriendo este mismo tipo de ataques. Uno de los problemas que nosotros tenemos es que esta es una iglesia patrimonial, por tanto, no se le puede hacer intervenciones".
