El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Concepción condenó a presidio perpetuo a un hombre identificado como José Toledo Astete, quien en marzo del año pasado asesinó a su esposa, Marta Núñez, quien era madre de sus tres hijas.
En un fallo unánime, el tribunal dio por acreditado que en horas de la mañana del 13 de marzo de 2022, al interior del domicilio que compartían en la comuna de Santa Juana, Toledo Astete agredió a la víctima con un cuchillo, provocándole la muerte en el lugar a consecuencia de un traumatismo vascular cervical.
El crimen fue cometido estando presentes en el inmueble las tres hijas, todas menores de edad -de 13, 8 y 6 años-, y una de las cuales presenció parte de los hechos, indicó el Poder Judicial.
La fiscal Marcela Bustos detalló que, al apuñalarla en la zona cervical, el sujeto "seccionó la arteria subclávea y la vena yugular derecha, provocando un hemotórax que finalmente terminó con la vida de la víctima", que tenía 40 años.
"El acusado fue detenido el mismo día de los hechos" y, al cabo de cinco días de juicio, realizado este año, "fue finalmente condenado a la pena de presidio perpetuo por el delito de femicidio íntimo en la persona de la que era su conviviente y madre de sus tres hijas".
Bustos destacó que en este caso "se acogió la circunstancia agravante especial hecha valer por el Ministerio Público que fue introducida en nuestro Código Penal por la 'Ley Gabriela': haber cometido el delito en presencia de descendientes, en este caso las tres hijas, todas menores de edad, que el día de los hechos estaban al interior del domicilio familiar. Una de ellas, la mayor, presenció parcialmente los hechos, protegió a sus hermanas e hizo el llamado de auxilio".
DAÑO PERMANENTE A LAS NIÑAS
El fallo del Tribunal sostiene que "no pueden obviarse las particularidades del caso, en que se trató de un ataque violento, en el domicilio que la víctima compartía con el acusado y su familia".
El escrito consigna que Marta Núñez "ejecutaba dos trabajos para contribuir a las necesidades de sus hijas, según refieren los hermanos y la prima de la víctima", y los testimonios recogidos dan cuenta de que el crimen causó "un gran sufrimiento no solo para sus hijas, sino también para el resto de la familia, la que los referidos testigos calificaron de unida".
Además, "debe tenerse en especial consideración el daño causado a las hijas de la víctima". Como consecuencia de la muerte violenta de su madre a manos de su padre, los sicólogos que intervinieron en el proceso "dieron cuenta de que todas, y dependiendo de su nivel desarrollo, presentaban sintomatología de estrés postraumático".
Los expertos "también fueron coincidentes en el hecho de un daño que es altamente probable que cause repercusiones en el futuro, conforme el crecimiento y etapas de la vida de las niñas, por lo que será necesario que cuenten con acompañamiento sicológico permanente, especialmente durante la etapa de la adolescencia".