El académico Mauricio Duce, uno de los directores de Espacio Público, comentó en Cooperativa el último informe del centro de estudios en materia de seguridad, relevando que mientras las cifras de homicidios se estabilizan a la baja, existe un alza de los secuestros que merece más atención por parte de las autoridades.
"¿Qué es lo que se observa el 2023 y el primer semestre del 2024? Que la cifra se estabilizó, incluso con una leve baja: el 2023 bajamos de 1.330 homicidios consumados a 1.248, y el primer semestre tendríamos un poquitito menos que los que tuvimos (en el mismo periodo) del 2023. Entonces estamos en un punto alto, es preocupante, pero contrario a lo que tal vez se viene debatiendo en el ámbito público, que da la sensación de que este año los homicidios se hubieran disparado respecto de los anteriores, no es correcto empíricamente", explicó en Lo que Queda del Día.
En ese sentido, el profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica reflexionó que "lamentablemente, este debate está muy modulado por la estridencia del debate político, en el cual la seguridad se ha transformado en un coto de caza o de batalla. Pero si queremos salir del problema de seguridad que tenemos, hay que cambiar el tono y la forma en la que se discute, y basarse más en la evidencia".
Duce planteó que si bien existe un vínculo entre los números actuales de asesinatos y el crecimiento del crimen organizado, éste no es el único factor, "y por tanto, si tú quieres adoptar una política pública que tenga efectividad en disminuir los homicidios, tenemos que mirar otras cosas que podrían estar afectando esto, como por ejemplo, la mucho mayor circulación de armas, o eventualmente, el mayor consumo de drogas y alcohol".
En el caso de los secuestros, sin embargo, "hasta el 2018, más o menos nos manteníamos en el rango de los 400 secuestros, y de ahí se pegan un alza gigantesca, que en 2023 hizo que llegáramos a 850 secuestros, o sea, prácticamente se duplicaron en cuatro o cinco años. Probablemente, la diferencia con los homicidios es que en 2022 y 2023 se han mantenido estables, pero con una pequeña alza, no con una pequeña baja".
Asimismo, "la tendencia es distinta a la de los delitos de homicidio: donde el 2022 un 23% de los secuestros fueron explicados por el crimen organizado, eso subió a un 27% el año pasado. Es decir, hay una mayor presencia del crimen organizado".
Por ende, el informe indica que "tal vez gastamos menos tiempo en debatirlo, pero está pasando algo que hay que mirar con mucho más cuidado, e intervenir con más fuerza, porque los datos son más complicados en términos de tendencia, que los datos que detectamos en homicidios: en términos de aumento del crimen organizado, y el número absoluto no se ha estabilizado a la baja, sino que al alza".
Con todo, el investigador enfatizó que herramientas como este informe "permiten un trabajo mucho más focalizado, por así decirlo con bisturí, donde muchas veces el debate público y legislativo son más bien de machete. Esta es una operación compleja que requiere bisturí; con el machete, corremos el riesgo de matar al paciente".
