El intendente de La Araucanía, Andrés Jouannet, convocó al comité policial de la Región para analizar el asalto frustrado a un centro de eventos en la comuna de Vilcún la noche de este miércoles.
La autoridad regional no descartó la presentación de querellas respaldadas por el Gobierno contra quienes resulten responsables de este hecho que finalizó con dos personas fallecidas.
"Cuando ocurre este tipo de situaciones, lo que nosotros siempre señalamos es que hay tratar de resguardar la vida, y eso no ocurrió anoche, por eso hemos citado al comité policial, fundamentalmente, para recabar todos los antecedentes de la situación y, posteriormente, también precaver medidas para que ojalá este tipo de situaciones no ocurran", apuntó.
Durante la tarde de este jueves continúan las investigaciones en el lugar, a cargo de la Brigada de Homicidios de la PDI, para dar con los antisociales.
Obispo de Temuco: Es doloroso
En pleno desarrollo de la mesa de diálogo que sesionó durante las últimas horas, el obispo de Temuco, Héctor Vargas, calificó de doloroso los incidentes y sostuvo que la Justicia deberá determinar los detalles de los sucedido.
"Esto es tremendamente lamentable y es doloroso cada vez que hay personas que pierden la vida. Es una situación que lamentamos, porque no deberían ocurrir estas cosas. Nuestra solidaridad para las familias que deben estar sufriendo por esto", dijo.
"Tenemos que esperar que la Justicia haga su trabajo para determinar que fue lo que realmente sucedió aquí", añadió el obispo.
Fiscal: Hubo una planificación
El fiscal que investiga la causa, Roberto Garrido, mediante su visita al Servicio Médico Legal (SML) entregó detalles de las lesiones que sufrió el hijo del dueño de la vivienda afectada y apuntó que se trató de un ataque planificado.
El fiscal adelantó que perician "la vestimenta, los guantes, la preparación, el número de individuos, la cantidad de armas también empleadas, porque la víctima fatal en este caso presenta impactos de bala", las que señalan que "probablemente debería haber más de un arma de fuego".
Esto, según el fiscal, "nos demuestra que hubo una preparación y una planificación".
El joven encapuchado que murió tenía 20 años de edad, y es sobrino de los hermanos Tralcal Marilaf, vinculados al crimen del matrimonio Luchsinger Mackay.