El diputado Marcelo Schilling (PS) echó mano a su experiencia como secretario del Consejo Coordinador de Seguridad Pública a principios de los 90, repartición conocida como "La Oficina", y junto con aclarar que en Chile no hay terrorismo hizo una diferencia entre las situaciones que le tocó vivir en materia de inteligencia y las que se aprecian hoy.
"No éramos tan poderosos", recordó a La Tercera detallando que "no teníamos agentes encubiertos, de intervenir teléfonos y esas cosas, olvídate, ni siquiera había muchos celulares, dependíamos de la policía y de nuestros informantes, teníamos muchas limitaciones, éramos el eslabón más débil de ese enredo porque todos tenían más experiencia: los militares y el Frente".
A principios del retorno a la democracia el país vivió al menos dos episodios críticos de atentados al proceso de transición: el asesinato de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards. La contraparte eran células del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el Movimiento Juvenil Lautaro.
"Yo creo que no hay terrorismo en Chile, no es comparable con lo que pasaba con el FPMR y el movimiento Lautaro", sostuvo al tiempo que concluye que actualmente, al enfrentarse a la amenaza de grupos menos organizados, se está ante un escenario con mayor dificultad donde se inclina por la participación de anarquistas.
Sobre la Ley Antiterrorista, Schilling confiesa que sigue "creyendo que el camino más corto es derogarla", ya que "jurídicamente no sirve" y a su modo de ver "la comisión presidencial está en la misma línea".
"A (Luciano) Pitronello lo pillaron con la bomba estallándole en las manos y no pudieron condenarlo por terrorismo", ejemplificó.
Schilling recordó lo ocurrido con el caso Edwards y sostiene que en dicha oportunidad "El FPMR no necesitaba más muertos.
"Agustín Edwards me dijo que vendría de rodillas"
Marcelo Schilling también recordó a La Tercera lo ocurrido con el secuestro de Cristián Edwards, con episodios concretos.
"Suena el teléfono y es Agustín Edwards quien me dice que vendrá de rodillas a La Moneda si es necesario, entonces nos hicimos cargo de la investigación", relató. Y aunque admite que "era mucha responsabilidad si llegaban a matar al cabro, al final lo resolvieron pagando en enero de 1992".
Sobre los fantasmas que rodean al rótulo "inteligencia" en nuestro país y los anticuerpos que genera por el pasado del régimen, el parlamentario socialista les bajó el estatus a los organismos que se atribuyeron dicha condición en dictadura.
"¿Qué eran la CNI y la Dina? Eran unos matoncitos. No comparemos la verdadera inteligencia con esos huevones. No tenían idea, eran brutos, de inteligencia nada. Hay un libro llamado "La inteligencia militar" ¿Lo han leído? Está en blanco", ironizó el diputado PS.
Sobre las atribuciones que se busca dar a la Agencia Nacional de Inteligencia y el uso de agentes encubiertos, Marcelo Schilling abogó por establecer límites, ya que "si tú quieres sostener la superioridad moral de la democracia sobre los que la agreden, tienes que hacerlo con métodos distintos, si no te vuelves igual a ellos".