Miguel Carvajal entregó su testimonio contra el presunto sicario de María del Pilar Pérez.
El juicio por los tres crímenes continúa en su jornada 22.
En una nueva jornada del juicio contra María del Pilar Pérez, apareció el primer testigo que vincula al supuesto sicario José Ruz con el asesinato de su ex marido Francisco Zamorano y su pareja Héctor Arévalo en abril del 2008.
Se trata de Miguel Carvajal Sepúlveda, un vendedor de café en el centro de Santiago, quien confesó que en diciembre del 2007 José Ruz le consultó si él o alguien que conocía estaría en condiciones de matar a alguien por 500 mil pesos.
Carvajal, que trabajó en un café regentado por Ruz entre octubre del 2007 y febrero del 2008 ubicado en calle San Antonio, dijo que en diciembre del 2007 le pidió ubicar a alguien dispuesto a asesinar a un sujeto que había contagiado con sida a una mujer.
"Dijo que había una niña del café que la habían infectado de sida, (y había que) conseguir gente para matar a esa persona, y pagaba 500 mil pesos por hacer eso", indicó, y el negocio era "si yo tenía conocidos que pudieran hacer el negocio".
Según Carvajal, su respuesta fue "que no, que quién iba a matar a una persona por 500 mil pesos, si no se puede pagar un abogado por esa plata", sostuvo. "Es algo ilógico, vas a arruinar tu vida por 500 mil pesos... si alguien va a hacer algo es para ayudar a su familia".
El testigo detalló que Ruz le entregó una fotografía de una persona de unos 50 años de edad, y un año después supo que se trataba del arquitecto Francisco Zamorano Marfull, el ex esposo de Pérez.
Valoración de los querellantesEl testimonio fue valorado por la parte querellante, ya que según explicó el abogado Juan Guillermo Barrios, "es bastante claro e ilustrativo el testimonio, y sumado a los otros antecedentes (...) ya estamos frente a indicios bastante graves y contundentes en cuanto a la imputación que está formulando el Ministerio Público".
La jornada de interrogatorios en el juicio contra la mujer, que ya lleva 22 jornadas en el Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, también incluyó a la pareja de González, Geraldine Andrade, quien también trabajó en el café, y que conocía de la oferta, así como la período fotográfico Mónica Novoa, que analizó el testimonio de José Ruz en la reconstitución de escena.
