Como una "situación límite con un sentimiento de impotencia brutal" catalogaron los pasajeros del vuelo LA501 la emergencia médica a bordo registrada durante la madrugada del viernes que terminó con el fallecimiento de una niña chilena de 14 años.
"Estábamos a 1:45 horas aproximadamente (de aterrizar) y la niña se descompensó en el baño. Todos pensamos que era solo una crisis de pánico o algo así", dijo uno de los testigos a La Tercera.
Dijo que sus papás y personal de la aerolínea Latam intentaron calmarla. Sin embargo, "la niña gritaba y se quejaba, pero siempre parecía como si fuera de miedo o molestia".
Cuando faltaba cerca de una hora para el aterrizaje, llamaron a un médico y empezaron a darle los primeros auxilios en la parte de atrás del avión. Luego, señaló, dos o tres pasajeros que eran doctores se levantaron para ayudarla y personal del vuelo empezó a ordenar al resto de la gente para que se sentara. "Se escuchaba que le hablaban, le daban ánimos e intentaban reanimarla. Usaron un desfibrilador".
Fue entonces cuando les informaron que aterrizarían de emergencia. "Fue súper marcado y repentino, bajamos 30 mil pies en 30 minutos en un avión gigante. Nuestra llegada estaba pronosticada para las 06:45 horas y a las 06:05 estábamos en tierra", aseguró el pasajero.
El avión aterrizó a las 06:05 horas y antes de que bajaran los pasajeros, subieron los paramédicos.
"Hubo mucho respeto. Al aterrizar todos nos quedamos sentados sin trabar los pasillos. Así ingresaban los servicios médicos corriendo hacia el fondo de la nave. Pero lamentablemente ya no se podía hacer nada. Fue muy triste", dijo a Las Últimas Noticias Gustavo Martínez, ciudadano argentino que viajaba con su familia en el vuelo.
A pesar de los esfuerzos, la niña murió de un paro cardiorrespiratorio minutos antes de llegar a Santiago.
DGAC: Aterrizar en otro lugar "no tenía sentido"
En tanto, desde la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) explicaron el protocolo que se aplica en estos casos y afirmaron que la única opción que tuvo el piloto fue aterrizar de emergencia en Santiago.
Ricardo Gutiérrez, secretario general de la entidad, explicó que "el comandante de la aeronave es el que tiene la potestad de definir el nivel de la emergencia, y una vez declarada la emergencia es él quien decide cuál es el curso mas prudente".
"En este caso, la nave estaba a 130 millas de Santiago (15 minutos), por lo que no tenía ninguna otra opción que aterrizar allí; la otra alternativa, pero habría sido mucho peor, era devolverse a Antofagasta o a Copiapó, donde la atención iba a ser de menor especialización. No tenía sentido".
