El sacerdote jesuita Marcelo Gidi, quien tuvo a su cargo la investigación por abusos sexuales contra el ex vicario de la Solidaridad Cristián Precht, aseguró que los delitos que se le imputan al presbítero son contra jóvenes menores de 18 años y mayores de 16, y que se se trata de más de dos casos.
En "La Entrevista del domingo" de TVN, Gidi detalló extensamente la investigación llevada a cabo contra Precht y dio algunas señas también del caso del sacerdote Alfredo Soiza-Piñeyro. Ambos fueron remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, con sede en el Vaticano, pues escapa de la competencia de la iglesia chilena.
Aunque el comunicado del arzobispo de Santiago habla de conductas abusivas, término que se puede interpretar como abuso de autoridad o abuso sexual, Gidi aclara que "se puede entender en ambos términos, pero en los casos a los cuales se está refiriendo se trata de conductas de abuso sexual".
En referencia a la situación específica de Precht, Gidi dijo que se trata de "más de un caso. No recuerdo exactamente la cantidad de casos. Lo único que puedo decir es que son más de dos casos". Y agregó que "aquí hay menores de edad y mayores de edad. Y los menores de edad si uno dice son niños de seis, siete, ocho años, eso no es parte de esta investigación. Estamos hablando de jóvenes menores de 18 y mayores de 16 años".
Gidi comenzó con la investigación del caso de Patricio Vela, en el que no pudo llegar a una acusación porque no hubo pruebas, pero siguió con otros casos que aparecieron en su camino, porque "en el ítem de la investigación dice la legislación canónica que si se van encontrando otros casos, otras, personas, también debe investigarlas. Eso fue lo que hice yo".
El sacerdote explicó que estos casos escapan de la competencia de la iglesia local porque la legislación canónica "ha tipificado una serie de cinco o seis delitos para los cuales la gravedad es de tal envergadura que la competencia ha sido privativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe". Y en ese sentido, el "delito sexual contra menores es el delito más grave".
Mea culpa
Gidi también hizo un mea culpa y reconoció que por muchos años "ocurrió que no se tomaron en serio denuncias de este tipo. En general". Pero agregó que "todas las últimas acusaciones han sido recepcionadas con una actitud nueva. El cambio de sensibilidad para hacerse cargo de esta denuncia ya no es tanto del punto de vista del sacerdote acusado, sino de la víctima que denuncia".
El investigador contó que en el caso de Alfredo Soiza-Piñeyro, "la denuncia es de una persona". Y que aunque el sacerdote pidió dejar de ejercer el sacerdocio, "esto no lo va a eximir de la jurisdiccón de la Iglesia en los delitos que se están investigando".
En cuanto a la posibilidad de que se tomen en cuenta los aportes que los sacerdotes hayan hecho a la sociedad, Gidi explicó que "si se logra certificar que realmente ocurrieron estos hechos, los jueces al momento de aplicar la pena toman en cuenta la gravedad del delito en toda su constitución penal y las circunstancias de la persona en toda su historia ministerial, su historia social".
El investigador del caso Precht detalló que en caso de ser hallados culpables de lo que se les acusa, "las penas van desde suspensiones, restricciones del ministerio, pérdida de algunos derechos hasta finalmente la expulsión del estado clerical".