Estaban en poder de un "delincuente con prontuario" y de su pareja.
Miguel Ángel Cartes (26) tenía órdenes pendientes por robo en lugar no habitado y receptación.
En medio de un patrullaje destinado a sacar de circulación a prófugos de la Justicia dentro de Chillán, un detective de la Brigada Investigadora de Robos de la Policía de Investigaciones (PDI) logró recuperar dos argollas de matrimonio que habían sido robadas en el año 2014.
"En horas de la tarde se logró la detención de un sujeto que tenía dos órdenes pendientes por receptación y robo en lugar no habitado. A su vez, mantiene prontuario penal por delitos contra la propiedad", relató el subprefecto Jorge Aguillón, jefe de la Biro de Chillán.
Según contó el detective, "hasta ese momento era un trámite en relación con el procedimiento policial, pero en su llegada al cuartel al imputado se le retiraron algunas especies para que no se perdieran durante el periodo en que estaba en los calabozos".
"Cuando (los policías) le vieron el anillo se percataron de que el nombre no correspondía al de su pareja, y al preguntarle por el origen de este, respondió con evasivas".
Fue de esta manera que, al revisar los registros, los detectives se percataron que se trataba de uno de los dos anillos que habían sido robados hace cuatro años en el sector de "Camino a Huape", al surponiente de Chillán.
La sorpresa de los oficiales aumentó una vez que allanaron la casa del imputado, ya que al interior estaba su pareja, quien portaba la segunda argolla robada.
El imputado, llamado Miguel Ángel Cartes, de 26 años, compareció ante el tribunal por las órdenes pendientes, pero además se le formalizó por el delito de receptación.
Su pareja, en tanto, quedó libre y citada a declarar ante la Fiscalía.
