El proyecto de reforma al sistema político ha generado tensiones en la alianza de Gobierno en los últimos días, particularmente porque fija un umbral del 5% de los votos para que estos puedan acceder a un cupo en el Congreso.
Este lunes, la líder del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, planteó en una entrevista radial que no entiende la molestia, argumentando que la propuesta apunta a nivelar la cancha entre independientes y militantes, dándole un valor agregado -o no- a los partidos políticos.
Al respecto, el timonel del Partido Radical, Leonardo Cubillos, replicó que "la presidenta del PS no entiende la molestia de algunos partidos de la alianza respecto a este proyecto. La molestia no es porque nos neguemos a legislar sobre el tema; al contrario, el punto de la molestia es que, al final, se trata de arreglar la fragmentación por personas que actúan fragmentadamente".
Su par del PPD, Jaime Quintana, replicó que "reconozco que algunas tensiones pueden impactar en la conformación de pactos del próximo año; sin embargo, aún queda bastante tiempo para seguir dialogando y creo que esta discusión es bien de fondo, y efectivamente va a haber muchos incumbentes que van a resistir estos procesos de cambio".
La intervención del Gobierno
El Gobierno pretende contener estas discrepancias a través de una ronda de reuniones: el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, encabezó la primera en esta jornada, recibiendo en La Moneda a los jefes de comités que firmaron la primera propuesta.
Uno de los asistentes fue el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli) quien, "en representación de los partidos más pequeños, de aquellos que incluso con el umbral propuesto corremos el riesgo de desaparecer", señaló que "una democracia con 27 partidos, excesivamente fragmentada, impide la promoción de acuerdos nacionales e importantes en muchos temas, donde hemos sacado cosas adelante conversando, entre Gobierno y oposición".
Con todo, el opositor cree que esta propuesta "es la manera en que el país avanza, y no creando micropartidos políticos, financiados con impuestos de todos los chilenos, sino que tratando de crear grandes corrientes de opinión".
Por lo pronto, la ministra vocera, Camila Vallejo, reafirmó que "consideramos que la moción presentada es un insumo más para un debate mucho más amplio. También estamos plenamente conscientes de que, si bien es necesaria una reforma al sistema político, la fragmentación de la política, la falta de legitimidad de los partidos políticos, no se van a resolver sólo con una ley antidíscolos o anti-partidos chicos".
"Obviamente la discusión de umbrales o sobre pérdidas de cupos se refieren a detalles, pero más que imponerse, al final tienen que acordarse con el resto de las fuerzas políticas", relevó la titular de la Segegob.