La abogada querellante Bárbara Salinas explicó en Lo Que Queda del Día de Cooperativa sobre la querella de accionistas minoritarios contra grandes empresas por aportes "irregulares" realizados a campañas políticas durante 2013.
Son nueve querellas contra las firmas SQM, Banco de Chile, Copec, AntarChile, LAN, Quiñeco, Cencosud, Enersis y Falabella, y según aclaró Salinas, se trata de un libelo presentado por un accionista minoritario, el abogado Oscar Gajardo, y que "no nos cerramos, quedamos abiertos a que cualquier otro accionista se pueda sumar a estas acciones legales".
"Estas querellas fueron presentadas por un solo accionista, que es Oscar Gajardo (...) El tiene acciones en cada una de las empresas y eso lo habilita, y tiene la calidad de procesal de víctima y querellante", precisó.
Indicó que la base de la querella "tiene que ver con la inexistencia de la facultad que tienen estos directores que administran estas nuevas compañías de distraer los fondos sociales que le pertenecen a cada uno de los accionistas para financiar campañas políticas".
"Estamos hablando de donación de dineros que son ajenos (...) lo que hicieron fue donar platas ajenas, y eso -de acuerdo a nuestra legislación penal- no es otra cosa más que una apropiación indebida o una distracción patrimonial en beneficio de terceros distintos de la compañía", aseveró.
Fue a "espaldas de los accionistas minoritarios"
Salinas manifestó a Cooperativa que "lo que está en discusión acá es que lo que aparentemente, en los últimos meses, se ha planteado como financiamiento regulares son irregulares".
Precisó que "en este caso de compañías que se tranzan en la bolsa ni aún cuando no hayan existido boletas o boletas ideológicamente falsas, de cualquier forma constituyen financiamiento irregulares, porque no tenían la facultad para haber destinado dineros ajenos que están bajo su administración -ellos son fiduciarios- para haberlos destinados a financiar estas campañas políticas, que ciertamente ha sido a las espaldas de los accionistas minoritarios".
"Los accionistas no tienen acceso a la información, no saben cuánto dinero es el dinero que en definitiva salió de las arcas de la compañía y menos aún a quiénes fueron destinados. Lo más grave de esta situación es que no se ve cuál es el objeto o la utilidad para la compañía, que por esencia busca el lucro, tener que estar financiando campañas políticas", concluyó.