La sociedad Pampa Calichera, firma cascada ligada al histórico controlador de la minera, pasó de tener un 19,72 por ciento de la compañía a un actual 20,03 por ciento.
En el mercado lo interpretan como señal de que el empresario anticipa otra guerra por control de la firma y que interesados en entrar negocien con él en medio de la venta que realiza PCS.
La sociedad Pampa Calichera, firma cascada ligada al histórico controlador de la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), Julio Ponce Lerou, compró, en dos transacciones bursátiles, un total de 39,4 millones de acciones serie B de la empresa minera.
Con esta operación realizada el pasado jueves y viernes, la sociedad -que aprovechó la corrección mundial de los mercados para comprar barato- pasó de tener un 19,72 por ciento de la compañía a un actual 20,03 por ciento, informó el diario El Mercurio.
Si bien Ponce Lerou está comprando acciones serie B (solo con derecho económico) y no A (que dan derecho a escoger a tres de siete directores de la compañía), en el mercado interpretan que esto es una señal del empresario para que los interesados en entrar a SQM negocien con él en medio de la venta del co-control (un 32 por ciento) que está realizando la canadiense PCS.
De acuerdo a las fuentes consultadas por el rotativo, el "gran riesgo" para las empresas que adquieran la porción de PCS en SQM sería que alguna de ellas compren el paquete y crean que son controladores, y que luego Ponce les anuncie que les vendió una mitad a los otros interesados -que supuestamente habían quedado en el camino- y que estos últimos terminen controlando la empresa.
El matutino concluye que, de esta forma, el ex yerno de Augusto Pinochet- que ya tiene más del 50 por ciento de las acciones serie A de la firma- se está adelantando a una posible nueva guerra por el control de SQM -que se daría con inversionistas chinos, probablemente Tianqi- como ya la vivió con PCS en el pasado, que le costó endeudarse por más de 250 millones de dólares.
Ponce Lerou dejó la presidencia de la empresa en medio de la polémica por el financiamiento irregular de la políticas y las boletas idelogicamente falsas entregadas a la minera no metálica por parte de diversos personeros políticos y por la presión de los accionistas minoritarios de la compañía.
